020

114 7 13
                                    

El aire olía a metal oxidado y en sus manos la presión de las cadenas la lastimaba

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

El aire olía a metal oxidado y en sus manos la presión de las cadenas la lastimaba

Atenea abrió los ojos y volvió a estar en el sótano de esa vieja casa, miro a todos lados asustada "no, no, no" en su mente se repetían esas palabras con desesperación, se miro las muñecas y de nuevo esas cadenas la encarcelaban, trato de levantarse, pero habia ahora algo nuevo en sus tobillos otras cadenas la aprisionaban a la pared que habia detrás de ella

- Pero... - fue lo único que dijo antes de que el fuerte azotón de la puerta la sobresaltara

Y los mismos pasos fuertes se escucharon, el miedo y la desesperación la invadió

Hasta que frente a ella el mismo ser poderoso se paro

- ¿De verdad pensaste que sería tan fácil salir de aquí? ¿Qué podrías mandar a tus amiguitas y lograrías salir? – empezó a hablarle y noto el enojo y orgullo en cada una de sus palabras – Pues déjame decirte que nada es asi de fácil mucho menos si yo estoy en medio, puede que ahora estés libre, pero siempre estarás atada a mi , cada latido que de tu corazón , cada respiración que des , cada palabra que digas ... Recuerda que siempre lo veo

- Eso es imposible

- Asi? – dijo fingiendo inocencia, levanto sus manos y con una sonrisa chasqueo los dedos

En ese momento un fuerte dolor invadió el pecho de la chica, sentia como si cada centímetro de su cuerpo ardiera, su mano se dirigió a su pecho donde el dolor era mas fuerte, era como si la succionara

- Siempre estaré contigo Atenea, no lo olvides.

-          ¡Mierda! – Respiraba agitadamente y sentia como el sudor frio recorría mi cuello hasta llegar a la parte baja de mi espalda, respiraba agitadamente y mi pecho dolía por el sobresalto

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

- ¡Mierda! – Respiraba agitadamente y sentia como el sudor frio recorría mi cuello hasta llegar a la parte baja de mi espalda, respiraba agitadamente y mi pecho dolía por el sobresalto

Voltee a mirar a todos lados y confirme que estaba en el cuarto de la casa de bev, por la cortina mal cerrada se colaban algunos rayos de luz, me pase las manos por la cara y de inmediato note con la poca luz que estaban hinchadas, con miedo corrí al interrumpir y prendí la luz, mis ojos tardaron en acostumbrarse a la luz y cuando me vi las muñecas fruncí el ceño confundida

Se que estas en algun ladoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora