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Existía una tensión sexual enorme entre ellos, todos lo notaban, eso no sería algo malo si tan sólo se dieran cuenta.

Ambos eran estrategicos y astutos, pero eran increíblemente imbeciles cuando se trataban de sentimientos, en especial de sus propios sentimientos.

Todos estaban hartos de sus estupidas actitudes.

Shigaraki siempre decía que Dabi ocupaba demasiado espacio cuando se sentaba y siempre se golpeaban las piernas, discutiendo, cuando sólo querían tocarse un poco.

O Dabi tratando de llamar su atención insultandolo y tirando de su cabello.

La liga estaba harta de sus estupidos gritos e insultos.

Por lo que se decidieron por emborracharlos.

Era la mejor idea, se supone que los locos, los niños y los borrachos dicen la verdad.

Ellos estaban locos si, pero tal vez no lo suficiente, o tal vez demasiado.

No eran niños, aunque se comportaran como unos. Shigaraki habia estaba en las ultimas de la adolescencia y Dabi ya era un adulto joven.

Y borrachos, bueno Dabi bebía dentro de su habitación y Shigaraki no bebe.

Así que decidieron la unica opción que quedaba.

Dijeron que había que relajarse un poco y que bebieran.

Twice le dio una botella de whisky a Dabi para compartirla, pero este sólo la tomó, la destapó y se puso a beber desde la botella directamente, riéndose de las quejas de su amigo. Mientras, Sako le preparaba unos cuantos tragos dulces a Shigaraki, ya que este no gustaba del sabor agrio del licor por lo que sólo bebería si este era dulce, por lo que hizo varios mojitos y pisco con leche condensada y fresas.

Tardó mucho que ambos se emborracharan, Tomura tomaba muy poca cantidad de alcohol y Dabi tenía una resistencia de infierno.

Pero ahí estaban, sentados juntos y riéndose de algun chiste patético.

Los demás los miraban, totalmente sobrios, era asombroso, el plan de emborracharlos habia salido a la perfección.

— Vamos, Jefe, un poco más... —le acercó la botella.

— Noo, sabe horrible —la quitó de su rostro—, es agrio...

— Oh, eres un madilto mocoso... —se rió, sonrojado por el alcohol.

— Tal vez, pero no soy tu mocoso...

Twice y Toga jadearon de asombro, soltando unas cuantas risas, mientras Sako miraba todo con una sonrisa, Spinner más atrás veía todo como si fuese una telenovela. Magne en cambio, bebía de su coctel, totalmente interesada en el asunto.

— Dios, jefe, no me hagas eso... —gruñó Dabi, poniendo una mano sobre su pecho, haciendo reír a su jefe.

De repente, Shigaraki bostezó y se abrazó a su subordinado.

Al ver eso, la Liga casi grita de la emoción.

— Me dio sueño, Dabi... —dijo haciendo un puchero, el otro sólo lo abrazó mientras terminaba de beber lo último de Ron.

— Okey, jefe, hora de dormir —se levantó del sillón, dejando la botella en el suelo—, adiós idiotas...

Dabi tomó las manos enguantadas de su jefe para ayudarlo a levantarse.

— Despidete, jefe.

Shigaraki gimió mareado, apoyandose en su subordinado, apoyando su mejilla en su cuello.

BorracheraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora