Capítulo Único.

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Dime mentiras bonitas, mírame a la cara, dime que me amas, aun si esto es falso, porque no me importa una mierda, en absoluto.

Todos los días eran las mismas palabras vacías, las mismas mentiras sin esfuerzo, las mismas miradas sin brillo y los mismos "Te amo" sin una pizca de cariño.

Tus sonrisas ya no iban para mi y en tus sueños bonitos ya no aparecía mi cara. Yo sé que no he sido el mejor amigo ni novio, que suelo ser sarcástico y que muchas veces no controlo lo que digo con los demás, pero contigo todo era tan diferente.

Mis sonrisas nunca fueron falsas y mis palabras nunca contenían mentiras. Mi sarcasmo contigo se opacó gracias a las palabras bonitas que amaba decirte y gracias a las miles de demuestras de afecto que me gustaba darte.

Esas mismas que ya no tengo permitido decirte y hacerte debido a tu constante malhumor, algo que era tan, pero tan raro en ti. Sin embargo, ahora ya se volvió costumbre, al igual que todos esos insultos que te he escuchado decir al teléfono, creyendo que yo no logro escuchar, en las pocas noches en las que te quedabas en casa conmigo.

¿Sabes hace cuanto no escucho un te amo de tu parte que de verdad se sienta? ¿Hace cuanto no me tocas? Y no solo de forma sexual, incluso pareciera que te doy asco. ¿Sabes hace cuanto tengo ataques de pánico? ¿Sabes desde cuando han estado reapareciendo mis inseguridades? ¿Sabes hace cuanto he tenido que llamar a Sugawara a altas horas de la noche para que me ayude, luego de calmarme aunque sea un poco? Porque sé que si te llamo a ti, tu no contestaras, porque estas con ella.

Estuviste fuera toda la noche, no sabia donde estabas. Tú estas arrastrando todas tus palabras, no tienen ningún sentido; pero no me importa una mierda, en absoluto.

Recuerdo perfectamente la primera noche en la que saliste. Discutimos porque yo no me sentía cómodo conmigo mismo como para hacer lo que tu querías esa noche. Dijiste que irías a tomar aire, que volverías en unos minutos, pero esos minutos se volvieron horas, y esas horas se volvieron toda la noche. Dormí el el sofá esperando ver si llegabas, pero incluso cuando desperté para ir a trabajar, noté que tu seguías sin llegar. Te llamé más de cien veces, Tadashi, te llamé hasta quedarme sin saldo, te llamé hasta el hartazgo, obteniendo un regañada de mi jefe al final del día. Mandé mensajes de texto a todos nuestros amigos buscando ver si alguno sabía dónde estabas, pero nadie sabía. Llamé a tu trabajo, no te habías presentado. Llamé a Yachi, no contestó....

¿Y sabes por qué no contesto? Porque estaba gimiendo tu nombre mientras tú besabas su cuello y reconocías que preferías pasar tiempo con ella que arreglar lo que tenías que arreglar conmigo.

Fue ahí que comenzó mi primer ataque de pánico, no sabía como reaccionar, incluso casi rompo el teléfono, pero por suerte no lo hice. La vecina escucho mis gritos y te llamó, pero no respondiste, así que se vio en obligación de llamar a Koushi, única persona dispuesta a darme una mano y que me ha estado ayudando estos dos años en los que me has estado engañando.

Porque yo tengo estos malditos sentimientos por ti, y actúo como que no me importa una mierda, como que nada de eso esta allí.

He logrado mantenerme tranquilo frente a los demás. He logrado que nadie notara las marcas por mis lágrimas. He logrado que nadie se diera cuenta de lo mal que lo estaba pasando, tan así que ni siquiera tú notabas lo mal que estaba. Tan así que mis bajones durante las desoladas noches en las que te ibas y no regresabas incluso por 2 días aumentaron.

Poco a poco me fui acostumbrando a la soledad del departamento. Empecé a no comer e incluso lo único que hacía durante el día era dormir, ir a trabajar, llorar, tener un ataque, y en algunas ocasiones, llamar Koushi para que me ayudara.

I don't fucking care - TSUKKIYAMADonde viven las historias. Descúbrelo ahora