༄ ᴄᴀᴘɪ́ᴛᴜʟᴏ 1 ༄

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Era un jueves por la mañana, me encontraba leyendo el periódico como normalmente hacía. Me gustaba enterarme de las cosas que sucedían a mi alrededor, y más si tenía la oportunidad de intervenir en ellas. Como por ejemplo, el caso que ocurrió hoy.

Bueno, me presento, soy Luhan Carther, un chico de 16 años de Saturno, el planeta. Estamos en el 2060, y los humanos de la Tierra, hemos viajado a casi todos los planetas del sistema solar, y mi familia y yo nos hemos instalado aquí, en Saturno.

Como venía diciendo, esta mañana salió en el periódico, un caso en el cual han encontrado unas cuevas enormes en Rea, una de las muchas lunas de Saturno. Rea es de las más grandes, y por ello, los astronautas de Saturno van ahí a explorar.

Rea es una luna casi completamente cubierta de hielo, excepto por donde se encuentran las cuevas. Ahí también hay rocas y alguna que otra laguna.

Los astronautas que han viajado hasta ahí, aseguran que no hay seres vivos, y que todos los astronautas que han viajado hasta ahí, han regresado con vida, por lo tanto en este mismo momento, no hay ni un solo ser vivo en aquella luna.

Yo nunca he tenido muchos amigos; vivíamos en una zona apartada de la ciudad en la que casi no había gente de mi edad. Solo he tenido una amiga de verdad, Melody.

De pequeños, Melody y yo siempre jugábamos a detectives. Nos imaginábamos casos e intentábamos resolverlos. Nos encantaba.

Ese interés por ser detective nunca lo he perdido, así que lo primero que se me pasa por la cabeza cuando leo que en el periódico hay un caso de investigación, me pongo a investigar yo también. Y eso es lo que he decidido hacer con el caso de las cuevas de Rea.

Siempre he querido viajar a alguna de Saturno, así que pensé que esta sería la oportunidad perfecta para ir.

Mi familia no tiene muchos recursos que se diga, por lo tanto no sería fácil recaudar el dinero suficiente para alquilar una nave e ir a Rea. Pero no me podía dar por vencido, al menos sin intentarlo. Así que fui lo más rápido que pude a la cocina, donde se encontraba mi madre a hablar con ella.

-Hola mamá, que hacías? -dije sonríendo por la emoción-

-Oh, hola Lu, estaba colocando la compra en la nevera -dijo mientras metía un cartón de leche en la nevera- Ocurrió algo?

-Si, bueno...venía a pedirte ayuda -dije mientras agarraba una bolsa de fruta para ayudarle-

-Claro, de qué se trata?

-Has leído el periódico de esta mañana?

-Si, claro -dijo cerrando la nevera-

-Verás, es sobre el caso de las cuevas de Rea...

-Lu, cariño... -suspira- ya te he dicho muchas veces que no puedes investigar casos así de importantes... solo diviértete investigando pequeñas cosas con Melody.

-Pero mamá, es mi oportunidad de viajar a una Luna...siempre ha sido ese mi sueño. -Dije con un tono mucho menos alegre-

-Lo sé, pero a si vas no te podrías resistir a investigar el caso, además no tenemos los medios para ir. -Dice dejando unas galletas en el armario-

-Entonces esperaré hasta final de mes para ir! -digo ilusionado- Si!! Cuando ya acaben la investigación y haya ahorrado el dinero suficiente como para conseguir una nave y poder ir a...

-Luhan, cálmate -me interrumpe mi madre- Eso no va a pasar, ya que el dinero que ganemos irá para nuestras necesidades básicas.

-Pero mamá...

-No hay pero que valga. -Dice con un tono cansado- Ahora vete a hacer algo... llama a Melody, o ponte a tocar el oboe un rato.

Estaba a punto de protestar, pero sabía que mi madre no cambiaría de opinión de un momento a otro, así que le hice caso y salí a buscar a Melody.

Fui hasta su casa y le pregunté a su madre si Melody se encontraba en casa, pero me dijo que había ido con su padre al centro de la ciudad, pero que no llegaría muy tarde.

Así que volví a mi casa, cogí mi atril, mis partituras y mi oboe y me fui a la guarida. La guarida era una especie de escondite que habíamos hecho Melody y yo con palés, hojas, ramas y cosas que había por ahí. Cuando nos aburríamos, estábamos enfadados, o simplemente queríamos relajarnos, íbamos allí.

Así que me senté en un tronco, monté mi oboe y me puse a tocar una de las obras que más me gustaba.

El oboe era de mi abuela, y me lo regaló antes de fallecer. Significa mucho para mi, a parte de que era un pasatiempo que me encantaba. Me hacía desaparecer todos los problemas.

Cuando ya llevaba bastante tiempo tocando me tumbé en el césped boca arriba y cerré los ojos mientras seguía tarareando la canción. Y en muy poco tiempo y sin darme cuenta, me dormí.

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⏰ Última actualización: Jul 18, 2021 ⏰

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Saturno (sin acabar)    ~Angela Garcia Lopez~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora