Capítulo 1

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Abril 2016, Brighton.

— ¡Oh por dios, mi héroe! ¿Tienes idea de lo mucho que te amo? — Marcus sonrió a Grant como si fuera un oasis en el desierto. Lo que él era, en ese momento.

— Leche descremada, sin azúcar — sonrió Grant, abriéndose paso entre la multitud y dejando la taza de café en la encimera. — ¿Cómo está yendo?

— ¡Ocupado! — Marcus asintió con la cabeza, llevándose el café a los labios y tomando unos sorbos agradecidos — Sé que tengo algo de personal aquí, en alguna parte, pero solo he visto clientes durante horas

— Jamie debería estar aquí en un rato, se lo hice prometer

— Oh bien, Atif y Jon están en la parte de atrás haciendo inventario, ¿quieres saludar? ¿cómo estuvo tu mañana?

— Sí, bien. Papeleo. Prefiero estar aquí —  Grant miró a su alrededor en la tienda repleta.

El record store day todavía se sentía bastante nuevo para Grant, pero estaba totalmente de acuerdo, si eso significaba que la tienda estaría tan ocupada. Al menos, sus finanzas permanecerían en números negros este mes; Grant no pensó que viviría para ver el día en que las tiendas de discos dejaran de ganar dinero, pero esto era el siglo XXI.

Muchas tiendas de música estaban cerrando para siempre, pero ellos no tenían planes de hacerlo. El lugar era demasiado especial para Marcus: lo había abierto con su pareja, John, a finales de los ochenta. Después de la muerte de John, años antes de que Grant apareciera en la escena, Marcus había jurado que la mantendría abierta como un monumento. Esa era una de las cosas que a Grant le encantaba de Marcus. Cumplía sus promesas, incluso si eran demasiado sentimentales.

Él y Grant se conocieron en 1999, en una muy vergonzosa cita a ciegas. Tenían un amigo en común quien, aparentemente, había estado tratando de juntarlos durante años. Grant había estado preocupado al principio, para ese momento, él había estado soltero durante años y estaba bien con eso. Pero asistió y gracias a dios que lo hizo, porque Marcus era, en una palabra, perfecto. De apariencia italiana (por parte de su madre) y de ojos azules islandeses. Con manos grandes. Era un poco más joven que Grant, pero la edad no había sido un problema. En esa cita habían hablado de música, los ochentas y de perder a alguien a quien tanto amabas. Después fueron a casa y se tocaron en el sofá como un par de niños. En resúmen, fue amor a primera vista y Grant no solía creer en ese tipo de tonterías.

Le dio a Marcus un beso en la mejilla y luego asomó la cabeza en el pequeño almacén - ¿Todo bien, chicos?

Los dos adolescentes se encontraban sentados en el suelo, uno revisando una pila de recibos, rascándose la cabeza, y el otro estampaba etiquetas de "Compré uno y llévese otro gratis" en fundas de vinilo.

— ¡Hey, papá! — Atif levantó la vista y le sonrió.

El corazón de Grant se hinchó, lo había cada vez que uno de sus chicos lo llamaba "papá". Ellos no tenían que hacerlo, nunca se los pidió. Pero él y Marcus habían acogido a Atif por dos años, desde que él tenía catorce y habían tenido tantos problemas al principio que Grant sintió que realmente se había ganado el título. Jon solo había estado con ellos durante un mes, era un poco más joven que Atif, así que solo miró hacia arriba y asintió. Grant le sonrió. Jon era tímido y muy dulce, hasta que perdía los estribos.

— ¿Se están divirtiendo?

— Oh si, es realmente hilarante aquí atrás — Atif dijo, descaradamente. Grant se rió, por eso amaba a los adolescentes, ellos nunca te engañaban.

— Sigan con el buen trabajo, pueden parar a la una para almorzar. Pasen al frente, para que les de algo de dinero en efectivo.

Los dejó con su trabajo. A ellos les gustaba eso; que confiará en dejarlos solos, para que se supervisarán por si mismos. Grant descubrió que, de esa manera, trabajaban más duro.

All the young dudes: Out of the blueDonde viven las historias. Descúbrelo ahora