Capítulo unico.

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Vivir con Wei Ying es todo lo que Lan Wangji ha soñado y más.

Es el paraíso despertarse con la cara dormida de Wei Ying, su cuerpo cálido y suave como un sueño,  alado de Lan Wangji.

Es el paraíso desayunar con Wei Ying, quien se despierta demasiado tarde para unirse a él en la meditación matutina, pero lo suficientemente temprano para que puedan desayunar juntos. Es un pequeño acto de devoción que calienta a Lan Wangji tan profundamente que no puede hacer nada más que darle un beso de buenos días.

Es el paraíso, vivir junto con alguien a quien ama tanto, alguien que lo ama tan profundamente a cambio. Cuando Lan Wangji haya terminado con sus deberes del día, cuando pueda deshacerse del peso de las expectativas, el peso de su título, en la puerta del Jingshi, cuando pueda ser simplemente Lan Wangji, Wei Ying lo saludará corriendo a sus brazos.

—Lan Zhan.—sonreirá, con la felicidad goteando de él como la miel.—¡Bienvenido de nuevo, Lan Zhan!

—Estoy de vuelta, Wei Ying.—respondería Lan Wangji, acercando a Wei Ying hacia él. Hundirse en el suave calor de Wei Ying. Disfrutando de la felicidad que irradia de él.

Cenará con Wei Ying, escuchará las aventuras y pensamientos de Wei Ying mientras él mismo come en silencio. A veces, después de la cena, toca el guqin mientras Wei Ying está en el baño. A veces, se unirá a Wei Ying en el baño. 

Pase lo que pase después de la cena, cuando se vaya a la cama, con Wei Ying actuando como un peso tranquilizador en su pecho, está seguro de que debe ser el hombre más feliz del mundo.

Entonces, sí, vivir con Wei Ying es un sueño hecho realidad, Lan Wangji no tiene nada de qué quejarse...

Excepto...

Excepto una cosa. Una pequeña... cosa.

Un pequeño... hábito de Wei Ying que Lan Wangji ha notado. Un pequeño hábito que se ha alojado en el pecho de Lan Wangji y revolotea nerviosamente cada vez que tiene la oportunidad.

No es gran cosa, realmente no debería molestar a Lan Wangji en absoluto. No debería hacerle cuestionar los sentimientos o devoción de Wei Ying.

Wei Ying lo ama tan descaradamente, tan libremente, que Lan Wangji en realidad se siente bastante mal por este nerviosismo que se ha apoderado de su pecho. Pero no parece desaparecer. Sigue creciendo y creciendo cada vez que Lan Wangji echa un vistazo a su espacio compartido.

No es nada grande, no es algo sobre lo que realmente pueda preguntarle a Wei Ying...

Es solo que... Wei Ying no desempaca.

Ha vivido con Lan Wangji durante más de un año, pero todas sus pertenencias todavía están en esa bolsa suya, que se encuentra en la esquina del Jingshi. Esa pequeña bolsa es todo lo que une al Jingshi con Wei Ying.

Cuando Wei Ying se va de viaje durante la noche, ya sea para una cacería nocturna con los jóvenes, o un viaje a Koi Tower o Lotus Pier, se llevará esa bolsa con él, y el Jingshi se vacía inmediatamente de Wei Ying. No hay señales de que viva allí con Lan Wangji. 

Ni siquiera una cinta roja quedó atrás.

Al principio, Lan Wangji pensó que era solo porque Wei Ying tenía pocas posesiones. Así que le había comprado a Wei Ying muchas cosas: un peine, una bata de dormir, un nuevo pincel para escribir, una nueva piedra para entintar, pero sin falta, todos y cada uno de esos regalos iban a la bolsa. Wei Ying los usaría, por supuesto, pero en lugar de dejarlos en la mesa junto al peine de Lan Wangji, o colocarlos junto a la piedra de tinta de Lan Wangji, se deslizarían con cuidado en la mochila.

𝐓𝐀𝐊𝐄 𝐑𝐎𝐎𝐓, 𝐂𝐎𝐌𝐄 𝐇𝐎𝐌𝐄.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora