Capitulo 5

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Lan Jingyi se marcha a la mañana siguiente, con un batallón de hombres. Wei Ying lo ve a las puertas de Cloud Recesses, su figura completamente empequeñecida por el enorme dragón que monta Lan Jingyi.

Wei Ying está de puntillas cuando presiona tres borlas de jade en la palma de Lan Jingyi, hablándole con bocanadas de humo blanco que salen de sus labios_Jingyi, el viaje hacia abajo será frío. Cuidate

Furen_ Lan Jingyi se muerde el labio, abrumado por la emoción. Cierra el puño, agarrando las tres borlas de jade, una para Jiang Cheng, una para Lan Wangji y la última para él, sabiendo que Wei Ying había trabajado la noche anterior para elaborar cada una de ellas, minuciosamente, queriendo obsequiarlas por buena suerte_No estaré a tu lado, así que tendrás que cuidarte bien

Todavía tengo los otros_dice Wei Ying, en una postura suave. Sonríe tranquilizadoramente al niño y le acaricia la mano_Vuelve a mí sano y salvo, ¿de acuerdo?

Lan Jingyi gira la cabeza, aunque solo sea para poder ocultar el hecho de que está al borde de las lágrimas_Volveré por Furen, lo prometo

Chico tonto, piensa Wei Ying. Tan joven, tan inocente y ya envuelto en una guerra tan dura.

Wei Ying espera que esté bien.

Lan Jingyi ladra la áspera orden de irse, y el grupo de ellos despega en el aire con sus dragones, luciendo tan majestuosos como la primera vez que Wei Ying recuerda haberlos visto.

Dentro de una varilla de incienso, se han ido. Wei Ying se queda atrás en las puertas, la mitad de su cuerpo oculto por las nubes. Se levanta la túnica mientras camina, sus pies descalzos pisando baldosas de oro tras baldosas de oro. Flanqueado por guardaespaldas reales, Wei Ying comienza el largo camino a casa.




Sus días en el palacio son tristes sin Lan Jingyi. Ya había sido bastante malo sin su esposo, pero ahora sin Lan Jingyi también, Wei Ying se siente completamente solo. Las doncellas que lo acompañan no son tan locuaces y atrevidas como el dragón adolescente; y sin sangre real en las venas, colocan mucha —respetuosa— distancia entre ellos y la consorte del Segundo Príncipe. Ya no hay bromas juguetonas o risas alegres para saludarlo durante el día. Wei Ying pasa la mayor parte de su tiempo ahora mirándose en el espejo mientras peinan su cabello, preguntándose cuál es exactamente su valor cuando todos los que conoce y ama están librando una Gran Guerra afuera, y él debe estar protegido dentro de las paredes de un santuario como un cachorro indefenso que solo es bueno para verse bonito.

Pero antes de esto, piensa. Antes de convertirme en una novia zorra, antes de convertirme en una profecía, antes de convertirme en el tesoro atesorado por un dragón, Yo también fui un gran guerrero de mi clan. Entrené bien y duro bajo los Jiangs, y di mi sangre, sudor y lágrimas para luchar por ellos, hasta que mis manos se entumecieron y mis rodillas se debilitaron y ya no pude sentir mis piernas. Podría salir y luchar junto a todos ustedes, y proteger a todos los que aprecio tanto, si tan solo me dejaran ...

—Pero el destino me ha designado para sentarme frente a este espejo de tocador, con horquillas doradas en mi cabello, preguntándome en cambio cuál será el destino de todos los que conozco y amo.

Me codician por mi vientre, mi cuerpo, mi belleza, mi línea de sangre. Y mientras Wei Ying levanta una mano temblorosa para ahuecar sus mejillas húmedas y empolvadas, piensa, y el poder que corre por mis venas. Yo soy su único.

𝐏𝐞𝐬𝐚𝐝𝐚 𝐄𝐬 𝐋𝐚 𝐂𝐨𝐫𝐨𝐧𝐚 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora