Único

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Jake estaba recostado sobre la baranda del balcón, la noche estaba presente y las estrellas brillaban hermosamente como solo ellas sabían hacerlo. Eso le daba paz.

Eran pocos los momentos el los cuales podía disfrutar del silencio y ver las estrellas; sin ser interrumpido por llamadas de su manager diciéndole a su grupo que tenían un nuevo contrato y más trabajo. Eran pocos los días en los que podían tener tiempo para ellos mismos sin la necesidad de tener cientos de cámaras a su alrededor, observando cada mínimo movimiento que hacían.

Suspiró, sus ojos brillaban por la hermosa imagen que presenciaba en las alturas, la luna acompañándolo en esa tranquila noche.

Estaba tan concentrado mirando al cielo que no notó la presencia de alguien más a pocos metros de él.

Sunghoon sonrió, le encantaba como los ojos de Jake brillaban con tal intensidad por algo tan simple pero a la vez tan bello como el cielo. Sus ojitos parecían contener galaxias y sus hoyuelos se hacían presentes junto con su hermosa sonrisa.

Sunghoon juraba que moriría de ternura en ese momento.

Se acercó cuidadosamente al mayor, haciendo todo el silencio que le era posible para no ser descubierto. Al estar cerca; con cuidado enrrolló sus brazos al rededor de la cintura del australiano con una sonrisa. Jake dio un pequeño salto en su lugar por la sorpresa pero en seguida le devolvió la sonrisa a su novio.

—¿Qué haces aquí afuera? Está haciendo frío, ¿no quieres entrar?— Sunghoon apoyó su quijada sobre el hombro del mayor.

—Solo disfrutaba de un pequeño momento de paz, sabes que últimamente nuestra agenda está muy apretada.

—Lo sé— suspiró— hace mucho no leemos juntos...

Jake sonrió, ya sabía a qué quería llegar su chico.

—Mhm, me parece que quieres que retomemos Harry Potter y el prisionero de Azkaban— sintió como Sunghoon asentía rápidamente.

—Hace mucho no podemos pasar tiempo a solas, casi ni nos vemos cuando no hay cámaras grabando— hizo un puchero— extraño pasar tiempo con mi Jakey.

Jake rió suavemente y se volteó para encarar al menor.

—Yo también extraño pasar tiempo contigo, Hoonie— posó su mano sobre la mejilla del coreano, dando suaves caricias en ésta.

—Entonces... ¿si seguiremos leyendo? sabes que es de mis libros favoritos— apretó con ternura la cintura del australiano.

—Mmm, déjame pensarlo— puso su mano en su barbilla fingiendo pensar.

Sunghoon comenzó a hacerle esos ojitos de cachorrito a los cuales no le podía negar nada.

—Bien, bien— sonrió— pero primero quiero algo de cenar, muero de hambre.

—Jay hizo ramen de cenar, ya sabes, a pedido de Hee, así que vamos a calentar lo que quedó casi todos fueron a dormir ya.

—¡Vamoos!— besó la mejilla del menor y se adentró al departamento.

Sunghoon sonrió con ternura y cerró la puerta que daba al balcón, por precaución.

Jake fue directo a la cocina para prender la estufa y calentar la cena. Tenía una sonrisa en su rostro por el olor de la deliciosa comida, en la mañana le agradecería a Jay.

Sunghoon lo miraba desde la puerta de la cocina, sus ojos brillaban al ver la sonrisa de su novio y ésta se le contagiaba a él. Su corazón latía con fuerza y sentía las ya conocidas mariposas en el estómago, podía decir con toda confianza que Jake era lo mejor de su vida.

Read in the night [Jakehoon o.s]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora