La Esclava de Lord Voldemort

Demostrando todo mi poder

*Voldemort decidió jugar conmigo, pues se sentía muy aburrido estar en la gran mansión y me estaba torturando, cada grito de dolor era desgarrador más que el anterior, lloraba al compás de mi voz. Me sentía cada vez débil, mi agonía no tardaba llegar y mi energía poco a poco iba bajando de manera impresionante, a su vez, escuchaba a Riddle burlase de mí, me insultaba y me decía cosas que me hacían sentir bastante mal.*

*Sin embargo, algo de mi, un odio tan inmenso hacía Tom creció mucho; en cada Crucio, en cada palabra que me decía y en cada risa sentía una chispa en mi queriendo provocar un incendio, por otra parte quería inundar el lugar, otra quiso derrumbar el lugar y la última quería asesinar a mi agresor. Esos impulsos trataban a salir a flote, el ardor y el poder que sentía era fuerte, que me retorcía y me doblaba, mi respiración agitada y cansada de las torturas del villano, mi cuerpo temblaba mucho por ambas partes que sentía.*

V: Eso sufre!! Sufre Black, eso te pasa por jugar conmigo!! Crucio!! *Decía con odio, riendo y muy gustoso*

*Sin aguantar mis impulsos, doy grito y a la vez saliendo fuego de mi interior, mi sangre ardía a mil, el lugar empezaba a temblar de manera brutal y el agua brotaba más de lo común, me levanto de golpe y mis brazos y manos ardían, envueltas en fuego lancé muchas bolas fuego a Voldermort, mis gritos se convirtieron en risas de psicópata y él trataba de controlar la situación, sin embargo, no pudo*

Ahora qué harás??? Tom Marvolo Riddle?!! Qué me harás?!! *Mis ojos cambian de color a unos morados y rojos*

*Empecé a matar a unos cuantos mortífagos, mientras que Voldermort trataba de controlar mi comportamiento, quemaba vivos, ahogaba hasta que dejaba de moverse y hacia trizas cada parte de su cuerpo a las personas que estaba ahí, a muchos les quite la vida. Reía como una loca y Bellatrix tuvo miedo de mi, trataba de huir de ahí pero no podía o no sabía a dónde ir.*

*Después de un largo rato Colagusano me atrapa y me inyecta un calmante o algo parecido, por lo que mis poderes se apagaron de golpe y me desmayé, dejando un gran desastre en toda la mansión; ahora me tenían miedo, más que el mismísimo Voldermort. Él arreglo el desastre que hice, mando a enterrar los cuerpos que yo dejé y mando a llamar a más, pues ya no quedaba casi nadie. Pettigrew me deja en el sótano mirándome de manera morbosa y perversa, depositando un beso en mi cuello y se va, tirandome en el suelo del sótano.*