Addicted To You

- Addicted To You -

Sebastian tomo el segundo libro de la repisa, lo habia leído como unas diez veces, estaba cansado y fastidiado de esa rutina que se repetía una y otra vez pero ¿Que podría hacer? Estaba en la cárcel.

Estoy en la cárcel, se repitió una y otra vez mientras veía a través de los barrotes las demás celdas, escuchaba los gritos y silbidos de los demás delincuentes, suspiro fastidiado y se subió a su cama, estaba apunto de abrir el libro cuando uno de los policías llego a su celda.

-Smythe, tienes visitas.

Fue todo lo que dijo, Sebastian se bajo molesto, ¿Acaso no podía leer ese libro por onceaba vez tranquilo?

I don't know just how it happened

I let down my guard.

Simplemente, no sé cómo ocurrió,

dejé baja la guardia.

Entro en la pequeña habitación donde en el centro de esta había una mesa y dos sillas, le quitaron las esposas y las cerraron, una alrededor de su muñeca y otra en la mesa para que no pudiera escapar.

-Hola Thomas ¿Qué tal tu familia?- dijo usando ese tono juguetón que era tan suyo, el de cabellos negros y ojos azul cielo suspiro.

-Sebastian, ¿podrías hacer las cosas más sencillas? Por favor- su abogado saco de su maletín algunas carpetas y un lapicero, miro a Sebastian algo preocupado.

-¿Qué pasa?- pregunto molesto, odiaba esa mirada de preocupación y lastima, Thomas solo negó y prosiguió.

-Necesito que me digas todo desde el comienzo, hay algunas cosas que no me dijiste.

El moreno miro como Sebastian fruncía el ceño.

-¿Desde el comienzo?- pregunto dándole apenas una sonrisa.

-Si, todo.

-Ok, entonces....

Se cruzo de brazos y le dio una gran sonrisa a su abogado, Thomas supo que ya no quedaba nada de ese niño pequeño que conoció hace años.

-Todo comenzó cuando conocí a ese chico de tez blanca y apariencia angelical, se llamaba Kurt Hummel, lo recuerdo perfectamente porque no conoces al amor de tu vida en el baño de un bar....

Swore I'd never fall in love again

But I fell hard.

Juré que nunca me enamoraría de nuevo,

pero me enamoré fuerte.

Sebastian entro al baño de ese Bar mugriento pero eso no le importo, necesitaba diversión esa noche y detrás de el venia su siguiente victima, entro al baño y estaba apunto de ir a uno de los baños para encerrarse ahí pero antes de llegar ahí choco contra alguien.

Pudo dejarlo ahí o pudo pelear con el hombre que lo choco pero con solo mirar esos ojos azul cielo algo cristalinos hizo que sus barreras se rompieran en mil pedazos.

No supo que paso, no le importo que su acompañante se haya ido molesto ni menos la música de afuera.

La dulce voz del hombre que estaba enfrente de el, lo saco de sus pensamientos.

-Lo siento... no lo vi- estaba nervioso, con tan solo escucharlo lo sabia, Sebastian le sonrió tratando de tranquilizarlo.

-Tranquilo, aunque espantaste a mi cita- dijo en tono de broma, podría sacar algo de provecho en eso- ¿Podrías aunque sea aceptarme una copa?- pregunto viendo como el otro parecía pensarlo muy bien.