exile.

II.

Escapada, salida, fugarse, desaparecer.

María pensaba esto sin parar en su cabeza, no había otra cosa que deseara más que aquello. Quería detener su vida en esto que iba a hacer ahora.

Sabía que tenía lo que cualquiera desearía. Muchos amigos que estaba siempre para ella, una familia que la hacía sentir muy querida, una carrera prometedora en la música, una mascota, su pisito, un novio que siempre le mostró incondicionalidad y le perdonó a María aquella vez que le pidió un tiempo, sin entender el porqué de todo lo que pasaba por él mente de la chica.

Pero ella no quería nada de eso, lo único que quería desde que la había conocido era a Marta. Porque con ella las horas eran pocas para hablar, con ella había un mundo diferente y era además, la persona con la que más había conectado. Era su destino, era quien denominarían su hilo rojo y era todo.

A veces una persona es todo lo que necesitas en tu vida y en la vida de María, ella era aquello.

—María...¿por donde salimos? Que yo solo llevo mi móvil encima.

La miro y vio por fin esos ojos calmados. Parecía que estaba viendo a Marta por primera vez, había un destello diferente en su vista. Y en su sonrisa había todo eso que a ella la impulsaba a vivir siendo tal y cual como ella era.

—Y yo eso y mi tarjeta, y las llaves del coche así que nos vamos rápido por detrás que tiene una salida.

Ambas se miraron asintiendo y María le indicó a Marta cómo debían salir hacia esa salida trasera sin que los vieran. Salieron tal y cual como lo decidieron y lo lograron sin algún problema. Creían que nadie les había visto, hasta que cuando fueron al coche, vio como Natalia estaba observándola con una amplia sonrisa. Marta agradeció que fuera su mejor amiga y le dedicó una pequeña sonrisa devuelta, y pronunció un "gracias" antes de subirse al auto con María.

El coche lo arrancaron y eso llamó la atención de algunos de los triunfitos, pero ninguno se dio cuenta que era el coche de María, más que Alba, la cual se quedó mirando a Natalia.

Esta última se inclinó a hablarle solo a Alba, con seguridad de sus palabras.

—Se han ido juntas, pero tú y yo no sabemos nada.

Marta en su cabeza estaba totalmente flipando por lo que estaba ocurriendo.
¿Se ha escapado con ella? ¿Por qué lo hacía?
Ni ella lo entendía. Solo sentía que era la última oportunidad que le daba la vida, y que tenia que aprovecharla.

Y bien que debía hacerlo porque hay vueltas de la vida que ni ella se las esperaba.

—Marta...¿te puedo pedir algo?

María le miraba atenta y ella solo asintió.

—Podemos olvidar el mundo estos días? Me da igual que yo tenga un novio es que quiero estar solo contigo y ya.

Marta abrió su boca un momento y  solo fue capaz de poner su mano sobre la mano que tenía la rubia en su pierna.

—Quiero vivir como si fueran estos los últimos de mi vida, y quiero hacerlo contigo, créeme que lo último que recordaré es lo qué hay en mi entorno o en el tuyo.

Ni ella entendía como fue capaz de decir eso, ni María entendía porque su acompañante tenía un brillo bastante peculiar, parecía que apenas cuando Marta había dicho si a escaparse, sus ojos agarraron un brillo y un aire de ángel.

Aprovechó que estaban en una señal en rojo y tomó su teléfono para poner una canción.

Todo.