Introducción.

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A veces, la vida podía ser muy curiosa.

Podías empezar jurando ser alguien y luego terminar en condiciones muy distintas. Y Aramí lo sabía más que nadie.

Un simple plan terminó dando una vuelta de ciento ochenta grados a su vida. Y es que si alguna vez le dijeran que pasaría de ser una de las grandes promesas del periodismo a cuidar a un seductor de tortugas en un bar, no se lo creería para nada, o no lo hubiese hecho hasta que lo vivió en carne propia.

—¡Esos pasos son horrendos!

—¡Son movimientos seductores!

—¿Intentas seducir a las tortugas?

El Error de Aramí.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora