Tradiciones, responsabilidades, respeto, normas, horarios, todo era bastante agotador y aburrido, pero era algo a lo que ya tenía costumbre de seguir y cumplir.
La resignación a que su estilo de vida y destino no era ni seria su elección le llegó a muy temprana edad, pero eso era el precio a pagar por la importancia de su apellido, al menos eso le repitieron ya tantas veces que se le quedó grabado.
No fue sorprendente cuando le anunciaron de que ya le tenían asignada la pareja destinada a acompañar su forma de vida.
No era de su interés tener una pareja. Podía contar con los dedos de una mano las personas que pasaron por su vida y despertaron algún tipo de curiosidad que se murió solo con interaccionar un poco con ellas.
Con suerte, esperaba que su prometida sea agradable a la vista y sepa entablar una conversación adecuada.
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Vaya sorpresa se dio al verla, ella vestía un kimono propio de la cultura de Japón, de color rojo, un rojo intenso. Ella definitivamente era mucho más que agradable a la vista. Su tez clara, ojos rojos y cabellos castaño. Realmente era una hermosa combinación. Un conjunto de facciones que no había visto ni imaginado antes.
Atsuko Kagari. Así se llamaba. Por el momento saber el nombre del otro y verse era lo único que harían mientras permanecen cada quien junto a sus padres sentados en sillones ubicados frente a frente en lo que sería el living de la casa Kagari.
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Apenas pasaron unas horas que se estaban presentando, pero había algo raro.
La observó casi todo momento, era su prometida así que era normal su curiosidad, pero ella, muy al contrario, no hizo lo mismo; al parecer no estaba en lo más mínimo interesada.
No había conocido mujer que no viera en su dirección sin sonreírle o buscar su mirada. Fue un poco desconcertante ver que eso no estaba sucediendo ahora. Atsuko Kagari no miraba a su dirección, la mente de ella parecía estar más en quién sabe qué lugar.
También, aquellos ojos rojos estaban tristes, incluso juraría que a momentos parecían empañarse, listos para soltarse a llorar; pero ella no lo hacía, solo mantenía en su rostro una sonrisa sutil que no combinaba para nada con su demás semblante, una sonrisa que parecía forzar en su rostro cada vez que sus padres en su conversación la mencionaban o la miraban.
Tras un suspiro cuidadoso de no ser perceptible por los demás, concluyó que estaba bien. La chica era bella y posiblemente de poco hablar. Eso era algo positivo.
[...]
Sus citas consistían en largos paseos por los extensos jardines de la casa Kagari, paseo que se repetía cuatro veces a la semana.
Sorpresivamente sintió preocupación cuando ella cada cita se mantenía callada, pese que al principio pensó que el hecho de ser silenciosa era bueno, llegó a un punto que fue desesperante. Esa chica solo se limitaba a dar solo una palabra o dos como respuesta a cada pregunta que hacía.
Y ahí estaba, Increíblemente por primera vez se veía poniendo esfuerzo para mantener una conversación y para colmo esta chica parecía no importarle.
Tampoco debería importarle, no le importa, pero... entonces... ¿por qué estaba aquí sintiendo tanta frustración?
Esa chica es muy molesta.
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Más tarde ese día en su habitación, buscó en libros tradiciones y costumbres sobre Japón, solo por... curiosidad, sí, solo por eso. Alguien de esa cultura iba a ser su esposa después de todo.
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ONE SHOTS (LWA)
FanfictionHistorias Diakko. Alguno que otro Diana G!P Los personajes no me pertenecen. "Little witch Academia" fue creada por Yoh Yoshinari y producida por Trigger.