Mierda.
Bueno.
Tenía que respirar.
Tenía tres semanas de retraso y soy una persona muy regular, demasiado regular. Lo hice sin condón, que gran estupidez, pero, esto fue de dos ¿por qué tengo que ser la única agobiada?
Sostenía temblorosamente con mis manos la segunda prueba que me hacía, ni siquiera podía tragar saliva y tenía la boca semi abierta. Venus estaba a un lado de mí, igual de nerviosa, había orinado con ella dentro de aquel baño público y realmente aquel apoyo moral me hizo sentir más calmada.
La primera prueba me la había hecho al tener una semana de retraso y salió negativa pero los días pasaron y no veía ningún rastro rojo sobre mis bragas así que Venus me acompañó a comprar una prueba en la farmacia que había en un centro comercial y después fuimos hacia un baño metiéndonos en el de discapacitados.
―No mames ―dijo Venus.
―A huevo putos, a huevo cabrones es negativo no mames ―chillé de felicidad.
Las dos nos dimos un fuerte abrazo sin dejar de emitir chillidos de emoción, me sentía extremadamente feliz, extremadamente tranquila, podía respirar, pero, aun así, no entendía por qué no me había bajado.
―Es el estrés ─indicó Venus como si hubiera leído mi mente. ─Verás que para mañana tendrás una piscina de sangre.
─Espero ─reí con nerviosismo. ─Salgamos de aquí. Tengo clase de francés en media hora.
─Y yo de inglés ─pasó su brazo sobre mis hombros y salimos del baño.
Me sentía tan aliviada al saber que no estaba embarazada, sobre todo porque si lo hubiera estado era cien por ciento seguro, que el papá no hubiera respondido ya que solo fue sexo casual, no nos hablamos mucho, solo somos como conocidos y solo se dio. Es injusto, pero es la verdad.
No usamos condón, pero se vino fuera, ya sé, ya sé, pero estaba algo borracha pero no había embarazo, eso era lo bueno.
Tomamos un uber hacia la universidad sin emitir alguna palabra la una a la otra, estábamos sumergidas en un silencio bastante cómodo por lo menos para mí ya que, finalmente podía respirar.
─Me perdí esa noche, me traicionó el tequila ─le dije a Venus rompiendo el silencio.
El conductor mantuvo su vista al frente.
─No pasó mucho, de hecho, me dio black out, pero recuerdo que después de que se fueron nos fuimos a otra mesa con otros weyes y Agatha me llevó hasta mi cuarto y ya. No recuerdo más ─se encogió de hombros.
No lo evité más y lo dije:
─Me siento mal por lo que le hice a Agatha.
Era algo que realmente me tenía con remordimiento, no debí haber hecho eso, era un chico nada más, nada serio y pues los chicos van y vienen, Agatha no hizo nada sino fue él debí mandarlo a la mierda en lugar de ponerme celosa y atacar a mi amiga.
─Ya estábamos pedas, no pasa nada ─no respondí. ─ ¿No se hablan?
Negué.
─Deberías hablarle para arreglar las cosas ─prosiguió. ─Puedes esperarla afuera de su última clase antes de que se vaya a su casa para que hablen.
En cuanto llegamos a la universidad cada una tomó su camino para llegar a tiempo a nuestras clases, llegué justo a tiempo, en ese preciso momento en el que la profesora iba a cerrar la puerta. Pasé de lado diciéndole que lo sentía y fui inmediatamente a un lugar del fondo.
