ᵉⁿᵈ

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LA PETITE MORT.
término que hace referencia a un estado de desvanecimiento o pérdida de conciencia
después de haber alcanzado un
orgasmo intenso.

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leer con discreción.
mi pensamiento no está reflejado en este OS.
todo es totalmente ficticio.
si no te grada el tema, por favor, abstente a los malos comentarios.

















( donde sus almas
suplican esos roces
para la eternidad,
pero aquello
es prohibido. )
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(probablemente quitaré
y agregaré cosas cuando lo edite c: )

El cigarrillo que se encontraba entre mis dedos se iba desgastando cada vez que repetía tu nombre en mi mente, preguntándome si realmente llegarías luego de llamarte a estas horas. También esperaba que no llegaras, estaba consciente de ello desde que me armé de valor y marqué al número que aún conservabas.

Y no puedo recriminarte si me abandonas aquí, porque yo también lo hice contigo. Entiéndeme, no lo deseaba, estaba condenado.

Pero no puedo más, y ahora te necesito, cariño.

Estaba impaciente. Mi pie se sacudía frenético mientras pensaba las palabras que saldrían de mi boca para cuando te tuviera frente a mí, no quería cagarla más, pero aunque practicara mi diálogo una y otra vez, mi corazón hablaría pasando de mi boca.

Aunque sé que suponías cuál era la razón de nuestro encuentro, no sabía si realmente venias a mandarme a la mierda una última vez o verdaderamente querías tenerme tanto como yo a ti.

Porque te extrañaba, y no lo toleraba.

No toleraba tener que pensarte pero no sentirte, no toleraba tener que fingir que nunca hubo nada cuando nuestro amor fue el más profundo y sincero que cualquier otro. No podía no odiarme por decirte las palabras que te hicieron derramar lágrimas, por el daño que te llegué hacer. No soportaba verte ser tocada por otra gente, precisamente de cierta mujer; mis huesos crujían del odio hacia esas manos, yo solo te quería eternamente para mí. En este momento me siento perdido, solo, asfixiado, cohibido, soy como un muerto en vida, siento que no respiro. Definitivamente mi alma se fue cuando todo acabó. Ahora me doy cuenta de que tú pasabas por la misma situación, cuando te decía Sabes que no podemos.

Deseaba poder volver en el tiempo donde hacíamos lo prohibido, donde tú escapabas de los brazos de tu mujer, y yo escapaba de la mía. Cuando se nos hacía imposible apartar nuestras miradas, cuando nos prometimos olvidar esas siete letras e ignorar las miradas asqueadas de la sociedad y del mismo Dios.
Pero como siempre, fui yo quien arruinó todo, y es que realmente no pensé que la consecuencia sería esta amarga soledad. Tampoco pensé en ti, pasé por alto el dolor que causaría.

a little death; erenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora