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Por fin, luego de largas horas de espera y clientes irrespetuosos. Eran las 11:45.

Para ese momento de la noche tu lugar de trabajo estaba prácticamente vacío.

Suspiraste en alivio, no podías esperar para volver a tu dulce cama y pasar un gran fin de semana mirando peliculas y comiendo.

Pero faltaba, esa mesa.

Aunque los chicos, bastantes atractivos debemos agregar, habían terminado su comida aún no habían pedido la cuenta.

De vez en cuando podías divisar al semi-dios buscarte con la mirada o centrar su mirada en ti.

Sin poder esperar, tomaste valor y te acercaste a su mesa.

-¿Cómo a estado la comida?-
Preguntaste poniendo tu mejor sonrisa.

-Estuvo rica-
Dijo el más petiso.

-Estuvo deliciosa pero puedo decir que me hubiera gustado comerte a ti-

Tus ojos se abrieron igual de grandes que un plato, tu sangre hervía de la vergüenza y subía hasta tu cara.

Pero por alguna razón, no estabas enojada.

Es más, te causaba gracia.
Te parecía divertido, además, te hizo acordar a tu guerra de piropos noches atrás.

-¿En serio Jungkook?-
Se quejo el acompañante pegándole en uno de sus brazos.

Dejaste escapar una risa bastante sutil que acompañaba la de Jungkook.

Luego de darles la cuenta a ambos, entretenidos se despidieron de ti.

Ya era hora de irte a casa.

fuckboi |j.jkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora