Taehyun dejo de lado su cuaderno cuando su teléfono vibro sobre la mesa. el dudo, porque sabía quien le mandaba mensaje y que era lo que quería. y si tomaba ese teléfono, no podría soltarlo en un buen rato.
pero, de todas formas, el termino contestando con una gran sonrisa. a pesar de tener cinco tareas atrasadas.
—Por usted, siempre estoy disponible, hyung. enviado
Tan lindo... — visto
Estoy solo, ¡así que ven a mi casa ahora, Taehyun! — visto
—Claro, hyung. enviado
Taehyun volvió a sonreír, porque ahí estaba su oportunidad. la única oportunidad que tenía para estar junto a Beomgyu de la forma en la que él quería.
tenía meses sin verlo, tal vez desde el inicio de clases. pero desde que su madre le prohibió acercarse a él por razones que aún no entiende, fue que se le hizo más difícil sacárselo de la cabeza. porque cuando le dices a alguien que no vea algo, la curiosidad se vuelve más grande y es imposible no romper las reglas.
y eso fue exactamente lo que le paso a Taehyun.
sin querer, Taehyun vendió su virgen corazón a la persona equivocada.
pero le era cada vez más difícil no enamorarse de Beomgyu. de la manera en la que lo miraba o se lamia los labios cuando pasaba cerca de él. la manera tan brusca y seca en la que le besaba hasta hacerlo sangrar. Beomgyu era como lucifer, tan adictivo y peligroso.
pero él no quería hacer cosas inocentes de novios, él no quería nada de eso. no quería besos tímidos e inocentes, no quería regalos y rosas, ni siquiera un cálido abrazo. el solo quería que Beomgyu le nublara la mente.
y ahora que había regresado, por fin podría hacer todo eso que siempre quiso...
por fin
por fin
por fin...
—Hyung, llegue.
Taehyun estaba seguro de que no olvidaría esa noche.
ni Beomgyu, ni nadie más lo haría.
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