Único

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Lo observo mientras duerme pacíficamente.

El sube y baja de su pecho al respirar me tranquiliza, sus largas pestañas tocando esas lindas mejillas, y los suaves ruiditos que salen de sus gruesos labios me generan incontables sonrisas.

¿Cómo puedo ser tan afortunado de tener a alguien así de especial a mi lado?

Me levanto dejando un tierno beso en su frente para después tomar algo de ropa y darme un buen baño.

Salgo del departamento, no sin antes dejar otro beso en su frente junto con una nota en su mesa de noche, y manejo rumbo a casa de mis padres para pasar por mi hermano menor.

Mi hermoso novio no tiene idea de lo que tengo preparado para esta noche.

————

- ¿Estás seguro de esto, Jungkook? A papá no le va a gustar nada.

- Hace mucho que me dejó de importar lo que piense ese hombre - digo sin perder la enorme sonrisa que vive en mi rostro desde que me levanté hoy - solo hay una vida, hermanito, no pienso desperdiciar ni un segundo más de ella.

Lo miro desordenando su cabello como acostumbro desde que era un bebé, consciente de que mis palabras movieron algo en él.

- Si quieres algo ve por ello, Soobin, sabes que tienes mi apoyo.

Recibo una sonrisa y un asentimiento de su parte, y seguimos nuestro camino hacia la joyería más exclusiva de la ciudad, cada detalle cuenta esta noche.

Tiene que ser perfecto.

————

- ¡Soo, necesito que me ayudes a colgar estas luces!

- No entiendo por qué no contratamos a alguien para que arme todo.

Dice quitando algo de sudor de su frente con la tela de su camisa de vestir.

- Porque necesito que todo sea perfecto, contratar a alguien solo me retrasaría. - harto de escuchar como se queja le paso un trapo para que se limpie el sudor - Te dije que trajeras ropa cómoda quítate esa camisa antes de que lo haga yo.

- No puedo no tengo nada abajo, y esas chicas me están comiendo vivo - señala a una bolita de adolescentes que no han dejado de acosarnos desde que llegamos - ¿qué crees que van a hacer si me ven medio desnudo? No quiero morir tan joven, gracias.

- Tengo una playera extra en el carro - digo lanzándole las llaves de este - ve por ella y cámbiate allá o de verdad vas a morir de deshidratación.

- Pudiste habérmelo dicho hace 3 horas.

No hago caso a sus quejas y sigo con el trabajo sin ponerle atención a las miradas curiosas que observan el sencillo pero hermoso oasis que estamos armando justo en medio de un muy transitado parque de Seúl.

Aquí fue donde nos conocimos hace poco más de 6 años.

Yo era un idiota niño de papi, enojado con la vida porque en lugar de estudiar arte, como siempre quise, fui obligado a estudiar administración de empresas para tomar el mando de una multimillonaria corporación coreana.

Me encontraba sumido en mi triste burbuja perfecta, pateando piedras como niño encaprichado, hasta que llegó él.

Sucio, sin zapatos, y con la cara repleta de moretones y cortadas, pero sin una sola lágrima.

Anyone (Kookmin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora