La nieve cubría de blanco puro todo el paisaje a mí alrededor. Ya todo estaba hecho. Lo dije. Pude sentir como se abría un hueco en mi corazón mientras las lágrimas caían a cada lado de mi rostro, y sin dar señales de querer detenerse.
Soy tan patética. Ya no tengo derecho alguno de verlo a los ojos otra vez. Lo había herido para siempre y jamás me perdonaría.
Entre sollozos pude escuchar sus pasos acercándose lentamente. De un tiron jaló de mi ropa acercándome tanto a su rostro que sentí su aliento calido a pocos centímetros, pero no me atreví a alzar la vista.
Sus manos temblaron y aflojó su agarre. Estaba esperando que hiciera cualquier cosa, pero no para esto. Unos leves gemidos salieron de sus labios, esos que tanto me encantan. Luego un llanto. Me liberó por pocos segundos para luego aferrarse de nuevo a mi cuerpo.
"Gray-sama?" Dije en mis interiores. Baje la vista y me encontré con un hombre indefenso que solo se mantenía en pie gracias al equilibrio de mi cuerpo. No comprendía... yo mate a su padre, yo fui la responsable de todo. ¿Por qué?
-"gracias"- hablo con la voz cortada y ronca. Sin poder creer lo que sus palabras decían, mis rodillas temblaron y ambos caímos en la fría y espesa nieve. Él no me soltó en ningún momento. Es más, se aferro aun más a mi pecho. Como si buscara algún refugio ahí.-"Lo siento... Lo siento"- volvió a hablar llegando a confundirme aun mas
-"Gray-sama..."- susurre sin siquiera pensar. No se movió ni un poco. Mi mano se acerco a su nuca y la acarició un poco.
-"lo siento mucho"- deslizo sus manos hacia mi espalda y se aferro aun más. Parecía que no tenía planeado soltarme. Entonces noté lo agradable que se sentía que el frío a mí alrededor no me afectara.
-"estas calido..."- lo abracé también mientras mantenía ese calor.
Nos quedamos así por unos minutos, no sabría decir cuantos. Si esta era una clase de despedida de su parte, jamás la olvidaría. Aunque ya no tuviera el derecho, yo lo amo y siempre lo haré.
Entonces él hizo un movimiento. Se separó y entonces pude sentir el frío recorrerme la espalda, dándome un escalofrío que me sacudió de arriba abajo. Su mirada estaba perdida en el suelo. Su aliento era visible en el aire.
Era el momento, se va a alejar, me va a dejar para siempre. Adiós Gray-sama...
Su rostro aun mirando al suelo, se acerco y sus labios rozaron los míos por un segundo, no se si era por la nevisca pero en ese momento me quede helada.
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Eres Cálido
Romance-"gracias"- hablo con la voz cortada y ronca. Sin poder creer lo que sus palabras decían, mis rodillas temblaron y ambos caímos en la fría y espesa nieve. Él no me soltó en ningún momento. Es más, se aferro aun más a mi pecho. Como si buscara algún...