El reto de nuestro amor.

1

Richard.

Salía del trabajo, estaba realmente cansado, me sentía fastidiado de estar encerrado en una oficina. Solo esperaba a llegar con mi amado Paul, la luz de mis ojos y el dueño de mi corazón. Hacía tiempo que no pasaba tiempo de pareja con él, realmente lo necesitaba y se que él también. 

Por alguna razón, tenía un presentimiento extraño, mi corazón latía con fuerza conforme me acercaba más a la casa. Era un presentimiento malo, no sabía del por qué pero incluso mis manos estaban sudando un poco. Estacione la camioneta y baje de ella, sentí como mis latidos eran cada vez más fuertes y rápidos. 

Entré y deje mi saco en un pequeño ropero que está justo entrando, normalmente veía a Paul haciendo la cena o viendo la televisión en el sofá pero simplemente no lo veía por ningún lado. Me acerqué más a la cocina y pude notar como había sartenes, especies, paquetes de pasta, incluso las luces estaban prendidas, la televisión igual. Todo era demasiado confuso.

-Tal vez está en la habitación... ¿Pero por qué dejó todo esto así?

Deje todo eso para subir a nuestra habitación, quería asegurarme de que Paul estuviera bien, él nunca es así de desordenado con las cosas, mucho menos si se trata de la casa. 

En lo que iba subiendo las escaleras escuchaba ruidos a lo lejos, como si alguien respirara demasiado fuerte, mientras que también se lograba oír un pequeño golpe. Eso me alarmó aún más, subí más rápido pero extrañamente la puerta estaba cerrada, no con seguro solo cerrada. 

Al abrir la puerta silenciosamente, y asomarme vi una escena que jamás lograré quitar de mi mente, todo lo que escuchaba no era que Paul le estuviera pasando algo malo, al contrario, no me hubiera imaginado tal cosa. Solo vi como su pecho y cara estaban sobre la cama, alguien estaba atrás de él embistiéndolo, no logré reconocer a aquel hombre pero era mucho más alto y fuerte que yo. 

Sentí como si mi corazón se hubiera destruido completamente, las lágrimas salían descontroladamente. Jamás hubiera pensado que Paul me sería infiel, nunca pasó por mi mente, pero en cierto punto lo entiendo, me la paso trabajando pero no es en vano. Es para tener está hermosa casa, tener comida, ropa, medicinas, todo eso. Hubiera preferido a que él me dijera que estaba cansado de mí para haberme evitado ver esa escena. 

Notaba como aquel tipo jadeaba, deleitaba y se satisfacía. Me daba coraje y tristeza a la vez, pero no veía a Paul quejándose, o bueno, cómo podría si su cara estaba boca abajo.

Todo estaba pasando en cuestión de segundos pero yo sentía el tiempo tan lento, por alguna razón no quitaba mi mirada de ellos, estaba en shock. 

Mis piernas se debilitaron un poco, por lo cual di un paso torpe y brusco hacía atrás, agarrándome fuertemente del borde de la puerta para no caer. Por el ruido que hice aquel hombre volteó y sonrío burlón.

-Lárgate de aquí, pendejo. ¿No ves que estamos ocupados? <Embistió fuertemente a Paul mientras me veía a los ojos> 

Las palabras no salían de mi boca, no podía creerlo pero no me quedaba otra opción.

-Espero y te largues para siempre, así Paul y yo podamos vivir como venimos deseando desde hace tiempo... 

No quise seguir ahí, no quería seguir viendo como me eran infiel ante mis ojos, ante mi presencia. Me sentí aún peor porque Paul no dijo nada, ni siquiera me vio, todo el tiempo estuvo boca bajo, apenas se podían escuchar pequeños jadeos saliendo de su boca. 

Me di la vuelta y baje las escaleras, volví a tomar mi saco y salí de la casa, no sin antes dejar una pequeña carta.

^^Paul, perdóname por no darte la atención que merecías, por no darte o no demostrarte el gran amor que siento por ti. No me gusta la forma en la cual están acabando las cosas, tantos buenos momentos a tu lado, tanto amor que me demostrabas... eso se quedó atrás. Eres y aún seguirás siendo el amor de mi vida, el hombre con quién siento que cada vez que lo veo a los ojos me derrito. Tenía tantos planes contigo, incluso tenía planeado hacer algo hoy pero ya no valdrá la pena.