𝗢𝗽𝗲𝗿𝗮𝘁𝗶𝗼𝗻: 𝐋♡𝐕𝐄 ⭒ᵎᵎ ִֶָ ❞

𝟮𝟰

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𝗖𝗵𝗮𝘁 𝟮𝟰

Grupo: Operation love

Senjuro: Entonces le termine recomendando a Tanjiro y Zenitsu canciones de MCR.

Sukuna: Hombre de cultura.

Yuuji: ¿Qué es MCR?

Tengen: Mi culo roto.

Sanemi: My Chemical Romance.

Akaza: JAJAJAJAJAJA.

Hakuji: JAJAJAJAJAJA.

Senjuro: YO NO QUIERO A ESE HOMBRE QUE NO SABE SOBRE ARTE.

Sukuna: ¿Te gusta MCR, solecito?

Gyutaro: A Sen le encanta esa banda, es una de sus favoritas.

Sukuna: YUUJI, SI LO LLEVARE A CASA CON MAMÁ.

Yuuji: ¡Bienvenido a la familia Itadori!

Senjuro agrego a Obanai Iguro.

Obanai: AHORA SI HIJOS DE LA VERGA.

Obanai: O ME DEJAN AL NIÑO EN PAZ O ME LOS AGARRO A PUTAZOS.

Akaza: SEN-CHAN YA NO PUEDE CON ESAS PROPUESTAS.

Gyutaro: Oigan, ya estoy en la entrada con los gemelo, los estamos esperando.

Gyutaro: Hakuji y Koyuki están aquí con nosotros, Sanemi va a ir por Kyojuro.

Senjuro: Yo solo tengo miedo de que me dejen sin hermano mayor.

Akaza: No le pasará nada malo a Kyo.

Obanai: UYYYYY LE DIJO KYO.

Akaza: CIERRA EL HOCICO.

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Senjuro comenzó a reír ante aquel mensaje del pelirosa, se encontraba caminando a un lado de su hermano y Sanemi.

— Nemi-san.. no va a matar a nadie, ¿Verdad? Se que me cuida como un bebé pero también aprecio la vida de algunas personas. — El rayito de sol se encontraba nervioso y feliz a la vez, por fin iba a conocer a aquel chico llamado Sukuna.

— Tranquilo, Sen. No va a pasar nada malo, solo debes de estar tranquilo. — El Rengoku mayor trataba de darle ánimo a su hermanito, en eso se escucharon unos cuantos gritos.

— ¿Ese es Gyutaro? Dios, ¿Por qué nos tocó amigos tan idiotas? — Sanemi se moría de la vergüenza al ver como el pelinegra de ojos verdes se peleaba con el mayor de los Itadori.

— ¡Yu-chan! — Senjuro ignoro al dúo de idiotas que se estaban peleando por querer abrazarlo, el menor de los Itadori se acercó al niño sol para poder abrazarlo con fuerza. — Yu-chan, te extrañe. —

— ¿Has estado comiendo bien? Veo que creciste un poco, Senjuro. — Yuuji se encontraba dándole caricias al suave cabello de nuestro pequeño rubio, los demás comenzaron a llegar poco a poco.

— Ese fue el reencuentro más hermoso que he visto. — Hablo Hakuji mientras veía a su pequeño sol conversando con el otro solecito.

— Son muy lindos, ¿Por qué no son como ellos? Son una bola de idiotas que siempre se meten en problemas. — Regaño Obanai a todos los presentes. — ¿Quién es el baboso que casi me mata al niño? — Como los cobardes que son, todos señalaron al pobre de Sukuna.

— Siempre le dan la culpa al más pendejo.— El pelirosa comenzó a hacer una especie de berrinche al no recibir atención por parte del menor de los Rengoku. — Oi, Senjuro. — Llamo al niño rubio. — Vi esta flor y pensé en ti porque es bonita, en realidad no me gusta, pero creí que a ti si te gustaría, porque tú si eres bonito. — Sukuna le extendió un bonito girasol a nuestro amado solecito.

— Ay, que romántico nos salió el cholo. — Comenzó con burla el albino, pero este se callo al ver la bonita sonrisa que le dedico Senjuro, aquella sonrisa que te dice " Dilo otra vez y te voy a partir tu madre. "

— Gracias, Itadori-san. Yo también le prepare algo. — Después de tomar aquella flor con sus lindas manitas, se acercó a su hermano mayor. — Hermano, por favor. — Susurro bajito para que solo el lo escuchará, Kyojuro saco de su mochila dos cajitas, en cada una habían cupcakes preparados por los hermanos Rengoku. — Toma, esto es para ti. — Senjuro le entrego su cajita a el cholo fuckboing.

— Yo sí me caso con el, no me importa que todos se enojen. — Sukuna se acercó al chico bajito para poder darle un fuerte abrazo, la bola de idiotas sobreprotectores estaban a punto de aventarse a madrear a nuestro chico enamorado.

— B-bueno, eso puede ser después. Debemos de conocernos y después vamos a descubrir si iniciamos algo bonito o no. — Senjuro se encontraba nervioso por estar entre los fuertes brazos de Sukuna, era un sueño hecho realidad. — Ahora, vamos todos a la cafetería, ¡Andando! — Hablo el niño sol, la manada de idiotas comenzó a caminar detrás de su bebito, no querían descuidarlo ningún segundo.