No recuerda mucho con respecto a su niñez, lo más cercano que lograba recordar es a un niño más pequeño que el, castaño y con ojitos de zorrito. Cuando las personas deben estar juntas, por más que se separen; el destino los vuele a unir, pero jamás...
Coloqué mis cascos alrededor de mi cuello, empuje la puerta para poder pasar al interior del edificio. Saludé a Heejin que se encontraba detrás de recepción y me dirigí al elevador, una vez adentro presione el botón con el número 4, mire como las puertas eran cerradas y el elevador comenzaba a subir.
Miré hacia el techo de aquel cubículo mientras llegaba al piso, después de unos dos - tres minutos el elevador se detuvo, abriendo sus puertas. Salí yendo a la sala de práctica, tenía una pequeña junto con algunos trainners y demás.
Me encontraba parado en una fila junto a otros chicos que estaban siendo entrenados para ser idols. Después de unos minutos entro el CEO de la compañía junto a otro hombre atrás. Tras una plática de aliento por parte del CEO, ahora fue turno de habla del otro sujeto. Me estaba dejando llevar por mis pensamientos hasta que...
-. Y es por eso que, Hwang Hyunjin, fue el más destacado entre todos ustedes y por ello, su debut será en dos meses.
Mi piel palideció, ¿Acaso era verdad o tanto que me fui en mis pensamientos, mi cerebro me está jugando una mala jugada? Escuché algunos aplausos y después todos comenzaron a salir del salón. Me he quedado inmóvil hasta que cierto chico de baja estatura se acercó a mí junto a otro un poco más alto pero más bajo que yo.
-. Hey, soy Seo Changbin, y seré tu asistente e productor de música. Él es Lee Minho, tu profesor de danza.
Abrí mis ojos ante tal presentación para después dar un leve asentimiento-. Soy Hwang Hyunjin -hice una reverencia, tan perfecta como me había enseñado mi madre. Ellos han soltado una pequeña risa.
-. Lo sabemos -ambos asintieron y en ese instante hubiera querido que la tierra me tragase y escupiera en Machu Picchu-, bueno a lo que veníamos es que, ¿Qué era? -preguntó el bajito al contrario.
-. Ah sí, como sabrás; pasaremos mucho tiempo juntos y pensamos que salir los tres antes de que el tiempo de entrenamiento y así sería bueno para conocernos más. Aún queda semana y media antes de que eso pase, además te ayudará para relajarte porque después, no podrás salir de aquí -se encogió de hombros.
-. Yo, uh... supongo que está bien, ¿Les debo de decir "hyung"?
—. Házlo aquí en el edificio, allá fuera seremos amigos. Entonces, te vemos en la cafetería a las tres de la tarde, ¿Okey? Okey —me señaló el bajito, asentí y después de unas palabras más terminaron despidiéndose. Por fin había hecho amigos.
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Habían pasado ya diez minutos en los que ya habíamos salido del edificio, yo solo les seguía mientras los escuchaba, respondiendo algunas ocasiones con respuestas cortas y amenas. Loco o no, ese par me han caído como anillo al dedo, pareciera que compartimos la misma neurona. Nos hemos llevado bien desde el principio, y por lo que me enteré; ellos se conocen desde primaria. Vaya, una amistad demasiada larga, la única amistad que yo tenía especial era cuando tenía a los seis años de edad pero por cosas, me arrebataron a mi pequeño de mi lado tres años después de que nos conocimos. Desde ese momento nada ha sido igual.
