Angels Don't Cry -NamJin-

01

El viento era fresco, casi frío. Las ramas secas de los árboles se mecían al compás del aire, los niños estaban aún tomando sus clases pues apenas tenían dos horas de haber iniciado. El jardín estaba solo con un gran árbol justamente en el centro con hojas secas a su alrededor, hojas que crujían cuando el viento las movía, hojas que crujían cuando las pisaban, una que otra monja o joven en su servicio social paseaba por ahí. Y caminando por el pasillo, con una tabla y hojas en esta, junto con una pluma entre su pecho y dicha tabla, paseaba Kim SeokJin. Un joven de 21 años que se encontraba ayudando en el orfanato.

- Jin ¿Que haces aquí? Ya deberías estar en la universidad –una monja de no más cuarenta años se le acercó.

- Madre Lee, yo solo estaba haciendo guardia por si algún niño se escapa de sus clases

- Pero Jinnie, esos niños serían incapaces de-

Risas se escucharon, tanto SeokJin como la hermana Lee voltearon hacia el lugar proveniente de las risas encontrándose con dos pequeños.

- ¡Pero que barbaridad! ¡Dios perdone este acto!

Jin quería reír, no no, quería carcajear. Él estaba en ese lugar justamente por eso, conoce a la perfección a los niños del orfanato y sabía que en algún momento el dúo de amigos se escaparía de su clase para ir juntos a jugar.

- Tranquilícese madre Lee, yo hablaré con ellos.

Después de que la madre Lee se fuera bufando y diciendo tantas cosas hacia el señor, SeokJin fue hacia los niños.

- Haruto, Asahi ¿Que Les había dicho de salir de clases?

Haruto y Asahi son unos jóvenes de catorce años, pero para Jin, seguían siendo unos niños muy malcriados.

- Bueno... Ammmm Hyung, es que... Nosotros – trataba de explicar Asahi.

- Pedimos permiso para ir al baño.

- Supongamos que te creo Haru, ahora veamos mi tablero a ver... -Jin simuló buscar en la tabla de horarios de los profesores quién era la maestra en la hora de ambos chicos aunque ya sabía la respuesta. - No creo que la madre Yang haya dejado que ambos fueran al baño, lo mejor será que vayamos los tres a preguntar

- ¡No! –gritaron los chicos al unísono provocando una risita en Jin

- Bien, bien ya regresamos al salón –dijo Asahi y así iba a ser, hasta que sonó el timbre anunciando el descanso.

- Híjole no se pudo, ni modo –dijo Haruto alzando sus hombros y brazos al mismo tiempo, Jin se comenzó a reír por lo bajo pues atrás de ellos se encontraba la madre Yang.

- Suerte con sus tareas chicos.

Se despidió Jin, ambos niños giraron lentamente encontrándose con la madre Yang, una mujer con aproximadamente sesenta años.

- Irán a mi oficina al finalizar las clases.

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Después de ese suceso Jin estaba en una pequeña habitación de descanso donde estaban sus pertenencias junto con las de sus compañeros, chicos que también hacían su servicio social. Tomó su mochila y comenzó a guardar sus cosas.

- Hola prefecto –Jisoo había entrado a la habitación.

- Hola profesora –respondió Jin

- ¿Por qué se dirigen así? – Mina también había entrado.

- Por diversión y recordatorio de lo que hacemos –respondió Jisoo con obviedad

- ¿Acaso no te gusta ser la prefecta de los de primer año?