Narra Angela
Me encontraba sumergida en mis adentros jugando aquel juego que me mantenía cuerda, que me mantenía viva y sobre todo que me hacia sentir como alguien de suma importancia, aquellos pensamientos vagos volvieron a rondar en mi mente "alguna vez alguien se enamoraría de mi" estaba mas que claro, nadie lo haría, y tenia mis razones para pensar eso, no era nada atractiva o eso me habían hecho creer una gran parte de las personas que había conocido a lo largo de estos 15
años, pero algo me saco de mis adentros, un sonido, aquel sonido que anteriormente había escuchado, era el sonido de mi puerta, nuevamente alguien había entrado a mi lugar seguro, gire mi silla para ver hacia la puerta y ver de quien se trataba esta vez, pero mi cara cambio abruptamente a una cara seria, era alguien que apenas estaba conociendo y que pronto conviviría con el mas a menudo, el era alto, de tez morena, no tan atractivo pero tenia algo peculiar, su forma de peinarse, era lo que mas llamaba mi atención, era como un cuerno de rinoceronte.- hola, ¿oye me podrías prestar tu consola?, acabo de escuchar que estabas jugando y tu mamá me dijo que si quería jugarla te preguntara a ti primero. -dijo el algo tímido mientras se mantenía sin pasar a mi habitación.
-No, no quiero prestarte mi consola, así que vete ya. -dije en un tono molesto para girar mi silla y volver a mirar hacia mi televisor
Después de dije aquellas palabras, el cerro levemente la puerta, mientras en su cara se veía totalmente consternado por la situación, creo que me había pasado, me había comportado muy grosera con alguien que apenas estaba conociendo y ahora mi mamá me lo haría saber, no pasaron ni dos minutos para escuchar los pasos de mi mamá hacia la puerta de mi habitación, antes de que ella abriera mi puerta yo ya me encontraba de pie viendo hacia esta, nuestras miradas se encontraron y no pude evitar bajarla.
- Angela,podrías hacerme un favor, no seas tan grosera con ellos, trata de llevarte lo mejor que puedas con ellos, al final de cuentas, convivirás con ellos por que soy la pareja de su papá.
- Esta bien, ya no seré grosera con ellos,pero tu sabes que casi no me gusta prestar mi consola, tu más que nadie sabe que me costo trabajo conseguirla.
- Lo se Angela, pero eso no implica que no puedas prestar tus cosas, yo no te he enseñado a que seas una envidiosa, pero bueno, espero hagas eso que te dije, por favor hija.
- Si mamá, ya veré como hacer para llevarme con ellos, tu tranquila.
Nuevamente vi como quedaba sola en la habitación, tendría que tratar de llevarme bien con ellos dos, pero como, los dos no se veían nada agradables,no para mi gusto,aunque queda decir que uno se notaba que no era nada serio,y ese era él, así que iniciaría por él, pero, ¿Cómo?, y ahí me di cuenta que ya sabía como; El juego de los golpes con la señal de OK seria el indicado, además.... ¿que podría salir mal, no?
Narrador
La joven e inocente Angela se dedico a buscar la forma de hablar con él, pero al final se rindió, por lo cual su grandiosa idea fue jugando un tonto e infantil juego, y funcionó. Aquel joven de tez morena había aceptado a jugarlo, ahora los dos trataban de no verse la manos o si no serían golpeados por el contrario, aquel dulce juego que había iniciado como algo infantil inicio una hermosa amistad, aunque aquella amistad cambiaría por el pasar de los meses.
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