Capítulo 16

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FLUKE

Abro los ojos y vuelvo a estar en el dormitorio común del orfanato, oigo llorar a Saint que se acurruca en mi estrecha cama. Vuelve a llover intensamente y tiene miedo a las tormentas. Este chico tiene mi misma edad y es mucho más alto y fuerte que yo, aun así siempre se refugia en mi cama las noches de tormenta. No deja de preguntarme por qué nadie nos quiere, por qué no nos llevan a casa como a los demás niños. Le respondo que somos demasiado mayores para que ninguna familia nos acepte, pero que nos tenemos los unos a los otros y eso es lo que importa.

Le miento para que se sienta mejor, está muy mal desde que se llevaron a Zee, no sabemos dónde está, pero se fue pataleando y llamando a Saint, por lo que supongo que lo devolverán muy pronto, no sería la primera vez.

He dejado de desear que alguien me adopte, supongo que es mejor hacerme a la idea de que tendré que valerme por mí mismo el resto de mi vida. Saint sigue llorando, la tormenta se acentúa y oigo un grito en alguna parte, meto mi cabeza bajo la almohada y rezo para que esto sea una pesadilla de la que pronto despertaré.

-Fluke... Fluke ¿estás bien? – alguien me llama. Entonces despierto del todo con un dolor en mi pecho que me atraviesa el corazón. Ohm me mira asustado y yo intento ubicarme. Esta no es mi casa, tampoco estoy en el orfanato.

-¿Ohm? – pregunto.

-Cariño, has tenido una pesadilla, estamos en mi casa, no pasa nada, tranquilo – me dice con un semblante preocupado.

-Perdona, solo ha sido un mal sueño, yo siento haberte despertado – le digo intentando respirar con normalidad.

-Está bien, no pasa nada, ¿quieres hablar de ello? – me pregunta sentándose también contra el enorme cabecero de su cama.

-Son las tres de la mañana, Ohm – le digo mirando el reloj de la mesita de noche.

-Yo estoy despierto, tú también y mañana es domingo – me resume.

-Es un sueño recurrente que tengo desde niño – le cuento.

-¿Quién es Saint? – me pregunta con la boca pequeña.

-Es un niño con el que me crie. Vivíamos en el mismo orfanato – le explico.

-¿Eres huérfano? Earth me dijo que tenías un padre – me cuenta algo sorprendido.

-Tengo un padre adoptivo, me llevó a su casa cuando tenía casi quince años – le explico.

-¿Viviste en un orfanato hasta los quince años? – me pregunta.

-Mis padres murieron cuando yo tenía cinco años, no teníamos más familia y entonces acabé en el orfanato. A los seis años me adoptó una pareja que no podía tener hijos, o eso creía porque a los dos años de estar con ellos ella se quedó embarazada y me devolvieron al orfanato. Al fin y al cabo ya tenían un hijo que era suyo de verdad. Después de eso no me hice ilusiones. En realidad después de eso me portaba fatal, hacía mil gamberradas para hacerlos enfadar, quería que todos estuvieran tan enojados como yo. Pasé por un par de hogares adoptivos, pero siempre acababan devolviéndome.

Cuando cumplí quince años Sonchai me llevó a su casa. Al principio solo pensaba en cómo cabrearlo para que me dejara en paz y volver al orfanato con mis amigos. Ellos eran mi familia de verdad, Saint, Zee y Gun. Los cuatro hicimos un pacto de no separarnos nunca y siempre lo cumplimos, hasta que Sonchai entró en mi vida. Él no me juzgaba ni me pedía nada, solo me daba consejos para que mi vida fuese por el mejor camino posible. Me animó para que fuese a la universidad, él me decía que tenía talento, que mis dibujos eran muy buenos, que podía tener sueños y que tenía suficiente fuerzas para lograr lo que quisiera.

Carpe diem - OhmFlukeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora