♡.*Pesadilla.*♡

1.5K 94 14
                                    

Esto sucedió hace muchos años atrás.

Oscuridad... Frío... Ansiedad... Miedo...

Estas palabras no bastaban  para describir lo que experimentó en aquellos años, él aún puede recordarlo claramente. Mientras era perseguido por una manada de lobos hambrientos, usó todas sus fuerzas para correr sin rumbo fijo. 

El aire frío golpeó fuerte en sus mejillas, sus ojos estaban nublados por el miedo. 

Tras escapar de su casa, con solo una bolsa de pan y una pequeña espada de madera un joven de  cabellera castaña se encontraba perdido en medio de un bosque nevado a las afueras de Morepesok. Una pequeña ciudad en la costa con salida al mar.

Su mirada se dirigió a un pequeño agujero en el suelo, de este mismo brotaba una extraña energía oscura; sin ninguna otra opción se armó de valor y entró. Por suerte pudo caber gracias a su pequeño cuerpo dejando así atrás a las bestias que lo perseguían.

Lo próximo que vieron sus ojos fue lo que nadie jamás pensó que existía; un mundo antiguo desconocido lleno de infinitas posibilidades envuelto en oscuridad. Esto lo llevó a encontrarse con una gran revelación que cambiaría para siempre su vida.

Se había encontrado con nada menos que "El Abismo" un mundo subterráneo habitado por monstruos, lugar donde la luz del sol jamás alcanzaba a iluminar; mientras exploraba la zona todo lo que pudo encontrar fue oscuridad absoluta.

En medio de su recorrido se perdió y nuevamente fue perseguido, su espada corta de madera no le sirvió contra estos monstruos pero para su suerte fue salvado por una misteriosa guerrera con extraño aspecto acompañada de una no muy sutil expresión helada. 

Balanceo su espada, dando golpe tras golpe derrotando así a los monstruos en cuestión de segundos.

No mostró piedad con ellos, ni siquiera se había molestado en mantener su ropa limpia de la sangre de las bestias para no mostrar una apariencia tan macabra y cruel delante de un niño, nada de eso era importante para ella. 

Los ojos del niño brillaron con emoción al verla.

Todos los días aquí eran iguales si quería sobrevivir debía aprender y adaptarse rápidamente a lo que sea que este lugar le tuviera preparado. No existían los sueños y esperanzas; mucho menos la tranquilidad.

—Si quieres aprender a cómo blandir una espada, debes sobrevivir por tu cuenta primero a usar tus sentido, entender cómo funciona la mente de tu enemigo, aprovechar al máximo tus fortalezas y explotar aún más tus debilidades.

Esta fue la respuesta que le dio la espadachina, cuando el pequeño niño le exigió que le enseñara como usar la espada. 

A pesar de sus dudas, ella aceptó, al ver la determinación y ese brillo lleno de alegría en su rostro.

—En este mundo el tiempo corre más rápido. Ahora tú me perteneces y soy libre de usarte como quiera. Mientras estemos juntos deberás seguir estas dos simples reglas; uno si ves algún monstruo debes atacar, no puedes quedarte sentado sin estar en pleno movimiento, si lo haces las bestias te comerán en segundos no importa si este mismo mide uno, dos, tres metros. Dos mantente alerta en todo momento, incluso cuando duermes, en cada esquina de este lugar te espera la muerte si no tienes cuidado.

Esta chica desconocida de nombre Skirk se aprovechó del entusiasmo del niño no solo le bastó con enseñarle a usar la espada, le enseñó todo tipo de maniobras.

Incluso estando en estas condiciones, Ajax le contaba sobre su familia y como había terminado entrando en el abismo.

El pobre chico sentía que perdería la cabeza con tanto silencio a su alrededor, ya estaba acostumbrando a todo el ruido que hacían sus hermanos; que le era imposible mantener la boca cerrada, por desgracia para los oídos de Skirk esto era una tortura peor que los monstruos.

Chilumi- One ShotDonde viven las historias. Descúbrelo ahora