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La primera vez que JungKook intentó expresar sus sentimientos hacia Jin, no fue bien.

Ya no recordaba qué había intentado, pero era otro más de sus gestos que había usado con el mayor, nada que fuera  especial del todo.

Y JungKook aceptaba que quizás no era muy claro, porque regalar flores, los "Be", unir su nariz con la frente del mayor y demás, eran cosas que ya hacía y que dentro de todo, Jin estaba acostumbrado a recibir.
Así que debía hacer un gesto especial.

—Jin, "Be" — dijo, mientras corría en pasitos apresurados detrás de él, estaban en el parque, con Irene, quién se mantenía un poco separada para ver su interacción.

—¿Otro más, Jungkookie? — preguntaba Jin, y a la chica de pelo castaño le daba gracia que se hiciera el difícil, si a él también le encantaba.

—Be, Be.

—Bueno, un Be— dijo, deteniendo su paso, mirándolo a los ojos, JungKook asintió y juntó sus finos labios con los de suaves y carnosos de Jin, dejando que el mayor moviera sus  labios a gusto, y empujandose a más contacto.

AI separarse sonrieron, y JungKook agitó sus manos con emoción, antes de salir corriendo por el parque.

Sin querer golpeó a un niño de unos catorce años, quién le gritó una grosería, pero JungKook estaba tan encismado en su mundo como para escuchar, y al ver qué el niño iba a ir hacia él y se arremangada su abrigo apretando sus manos en puños, Jin fue hacia él, tomándolo del brazo.

—Disculpa, no lo hizo a propósito, tiene autismo, no entiende del todo.

—Oh, es retardado— dijo el chico, con total naturalidad.

Jin se molestó porque lo llamaran de
esa manera.

—No, sólo tiene un par de problemas, como todos.

—Si, acabas de decir que está mal de la
cabeza— dijo el chico.

—No, no dije eso— respondió, molesto.

Odiaba con todo su ser que trataran a JungKook de ese modo.

Él era maravilloso, era muy inteligente, era buena persona, era la persona más buena del mundo, sin maldad en su cuerpo, nunca en su vida se había peleado con alguien y no molestaba ni buscaba peleas nunca.

Él estaba en su mundo y era completamente inofensivo, estaba indefenso ante los demás y siempre lo apartaban, y él no se lo merecía, porque era un chico excelente.

— Jin, ¿Qué pasa?—preguntó
Irene, al verlo tan tenso, su mirada pasó de él hacia el joven.

Jin negó y soltó el brazo del chico, murmurando un "Nada" y el niño se fue por su Iado, Iejos de JungKook, mientras el castaño oscuro mordía su labio con rabia contenida.

Irene no pudo lograr que cambiara la cara, ni siquiera que hablara al respecto, o que se descargara de algún modo, no importó cuántas tácticas psicológicas aplicara.

Lo único que lo hizo reaccionar fue cuando JungKook se acercó a él y como de costumbre, había juntado flores para regalarselas, el pelinegro ni siquiera las había agarrado puesto que fue directo a abrazarlo.

JungKook le tenía muchísima confianza así que lo dejó, pero estuvo sorprendido dos segundos completos hasta abrazarlo de vuelta y esconder su rostro en el hombro de Jin.

—Eres perfecto tal y como eres, no escuches a los demás que no pueden verte como te mereces, no les hagas caso, JungKook, y te quiero muchísimo sin importar nada de lo que digan o de lo que te pase, recuerda eso siempre, ¿Bien?—murmuró Jin contra su oído, a lo que JungKook asintió por puro reflejo, pero no creía haber entendido del todo.

Sarang // JinKookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora