No le mientas a Yukio

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 Buenas!!! Este oneshot lo escribí hace unos días como regalo de cumple de mi amix (Feliz cumple Kem) y parte de su pedido era que lo publique, cosa que yo no quería hacer, pero cumplo su deseo xD

Espero que también se rían de esta locura, surgió por cosas del último capitulo del manga y quedó esto... 

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           El día comenzó de forma habitual para los gemelos Okumura, Rin preparó un rico desayuno para él y su hermano, quien por algún —no tan extraño— motivo no estaba presente, quizás alguna misión lo sacó de la cama tan temprano. Dejó todo preparado sobre la mesa y subió a la habitación y enlistarse para las clases, cuando estaba a medio vestir se dio cuenta que no tenía la chaqueta de la academia, suspiró frustrado, había olvidado que su única prenda que le quedaba se rompió. Caminó al armario de Yukio y tomó una de las de él, era grande, pero ya no quería que siguiera gastando su dinero en comprarle ropa.

          Regresó al comedor disponiéndose a comenzar a desayunar antes que se le hiciera tarde para las clases. A los pocos minutos escuchó la puerta y los pasos de alguien que caminaba hacia donde él se encontraba.

—¡Estoy en casa Nii-san! —Saludó apenas verlo, mientras dejaba un paquete en una de las mesas cerca de la puerta.

—Bienvenido Yuki —le sonrió señalando el plato frente a él—. Siéntate a desayunar que se nos hace tarde.

         El joven de lentes estaba a punto de sentarse cuando se dio cuenta de que la chaqueta que llevaba el otro puesto era la suya. Suspiró frustrado, ya le había repetido miles de veces que no podía utilizar su ropa de la academia, la de andar siempre usaba alguna, le quedaban grandes por la diferencia de altura, pero estaba acostumbrado a que su hermano jamás obedeciera.

—¿Qué te dije acerca de mi ropa? —Preguntó amablemente haciendo temblar a Rin.

—Que solo podía usar la de andar y que no tocara la de la academia —repitió tal cual como si fuera un mantra.

          Yukio se alejó, tomó el paquete que descansaba sobre otra mesa y regresó al lado de su gemelo. Le quitó su chaqueta para darle una nueva. Le había costado conseguirla porque la que les proporcionaba la escuela era todo para prevenirlos del mal y de los demonios, por lo tanto tuvo que irse más lejos para poder comprar uno hecho de tela normal y sin que los símbolos tengan protecciones, además como fue fuera del instituto su costo era superior. Todo lo hacía por el bien de su hermano.

—Piérdelo o rómpelo y ahí conocerás que tanto dolor puedes soportar —le dijo en voz baja cerca del oído. Volvió a su lugar y se dispuso a desayunar.

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         La semana transcurrió con normalidad, las cosas estaban tranquilas para los exwires que solo tuvieron clases y ninguna misión, más que mandarlos a quitar el alquitrán de hulla de los salones que estaban sin uso. El lunes —de la siguiente semana— no distaba a ser muy diferente, los chicos del grupo se dirigieron a los vestuarios ya que tendrían entrenamiento, dejaron sus uniformes en los bancos y regresaron a la pista de entrenamiento en donde se juntaron con las chicas. La clase pasó dentro de todo tranquila, que terminó por convertirse en una competencia entre Rin y Suguro. Finalizado todo el ejercicio volvieron a los vestuarios. El semidemonio comenzó a buscar su chaqueta que la había dejado con el resto de sus prendas, pero misteriosamente ya no estaba allí.

—Mi padre santo ¡protégeme! —Medio lloró sentándose resignado, su hermano le cortaría las orejas o tal vez la cola, tembló de solo pensarlo.

—Tu padre es de todo menos un santo —Contestó Bon con un toque de gracia.

No le mientas a YukioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora