2. Un Paso A La Vez.

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Desde que tengo trece años, mi vida se resume a huir de mis problemas, eso explica el porqué al tener veintitrés años no tengo ningún tipo de responsabilidad afectiva con ningún otro ser humano que no sea yo.

Bueno... En realidad, desde hace mucho no soy solo yo, ahora también está Sebs.

suspiro pensando en él.

-Soy pésima con esto.

-Si, sí que lo eres. Pero te perdono porque eres mi amiga- Sebs esta con su envase de jugo verde, mirando hacia el frente de mi parque favorito.

Hay un minuto de silencio y aunque sé que es absurda la pregunta que quiero hacer, también se que es necesaria y su presencia me lo confirma.

-¿como estás? - mi pregunta logra localizar una mirada rojiza/llorosa sobre mi.

¡Dios esto es muy difícil!

El sonríe y sin darme cuenta nos hemos sentado, pone su cabeza sobre mi hombro y suspira lentamente, el sentirlo cerca de mi, me conforta.

No se como actuar en esta situación, pero lo que menos quiero es que se sienta sólo o juzgado. Al ver que no me habla decido cambiar de tema. cuando él se sienta preparado me hablará del tema.

-Al parecer estas saliendo con alguien y no me he enterado, todos en el trabajo la odian, porque según ellos te prohíbe tratarnos como amigos- dije al recodar la conversación de Tony y Mad. - También te cuento que Karen te está asechando, así que amigo mio, deberías contratar guardaespaldas.

Su risa llega a mis oídos, sonrió por un momento hasta que escucho que su risa se vuelve exagerada y fingida. Muy bien Sebs es tu momento, aquí puedes llorar lo que tengas que llorar.

- Los de mi facultad, han comprando un par de cervezas hoy y uno de ellos se ha animado a dejar anotado su número en un billete, pero le he dicho a Mad que se hiciera cargo, para que pensaran que no tenía idea de su indirecta.

Su risa siguen presente tras mis comentarios al igual que los leves quejidos de su llanto.

Después de unos minutos de silencio decide hablar mientras camina al pasamanos del parque - Aveces no sé si amarte o odiarte.

Sonrió y camino hacia él - Amarme hasta el punto de no olvidar tus llaves en las mañanas- digo al pasar mi brazo sobre el suyo.

- Gracias por hacerte cargo del negocio hoy-dice mientras hace una pequeña pausa, hace un gesto tierno al evadir mi mirada ¿que está pasado aquí?

-por cierto... - ¿porque estas vacilando?- No me gustó el final...

Me quedo mirándolo super extrañada, ¿no fue al negocio por verse la final de nuestra serie? Él deja de hablar y me mira con una leve sonrisa se que intenta escapar, por eso prefiero seguirle el juego.

-¡Viste los capítulos finales de la serie!- alzó mi voz esperando que me explique.

-Puedo volver a verla contigo para que no te sientas sola- camina hacia la salida del parque y muestra una pequeña bolsa de supermercado. okey está soy yo haciéndole creer a mi amigo, que este es su plan, cuando en realidad siempre fue el mio.

- Díaz, te acabas de convertir en mi persona favorita- digo mientras tomo la bolsa y camino en dirección a mi apartamento.

Caminamos en silencio, mientras escuchó a Sebs hablar con Don Sebastián, en realidad no solo corparten nombre sino que técnicamente son fotocopias.

- Mi familia te acaba de invitar a la cena del fin de semana- dice Sebs mientras guarda el celular en su bolsillo izquierdo - Cami, ha dicho que lleves tu traje de baño hay que aprovechar un rato en la piscina.

-¿ Y ya le dijiste Juliana? - en seguida que mi pregunta sale, mi celebro se reinicia, ¡Genio, la acabas de cagar!

El sonríe al ver mi estado mental y aprovecha para sacar de mis papas de limón ¡Tramposo!.

- Digamos que no la trate muy bien la última vez que nos vimos- mi frente se arruga automáticamente al escuchar esa frase ¿Sebs siendo grosero con una mujer? ¿Con Juliana?.

Soy consiente que la vida de Pareja no es fácil, creeme que lo sé mejor que nadie, pero el gran amor de Sebs es Juliana, y aunque su relación siempre ha sido abierta, no me logro imaginar que se separen.

-¿ Problemas en el paraíso? - preguntó esperando que su respuesta sea explicativa. Él sólo asiente, y decide correr hasta mí edificio. Esto si que no me lo esperaba.

Al llegar al tercer piso mi respiración se vuelve entrecortada, Sebastián se ha aprovechado de mi curiosidad para decir "si subes antes que yo, te cuento", Dios nunca había sentido que tres pisos de escaleras acabarían con mi vida.

- ¡ves, que si puedes hacer ejercicio! - dice al tirarme el celular de él, está desbloqueado como esta mañana pero está vez en una conversación, alcanzó a leer  "siento que con él es diferente, él de verdad me gusta" ¡Bruja barata! Como se atreve a dejarlo por mensaje.

Pará este punto Sebs ya entro al apartamento y yo sigo con su celular en la entrada de mi apartamento y respirando pesadamente.

Creo que si necesito hacer ejercicio.

-Buenas noches Cris- saluda Doña Ana y sonrió en su dirección - Buenas noches doña Ana.

Ella se acerca y automáticamente bloqueo el celular.

-Quería pedirte un favor - dice mientras saca un folleto de su bolso- será que podrías hablar con tu amigo, el simpático del bar para que te deje colocar este folleto, necesito de alguien que esté interesado en arrendar mi apartamento- mientras miro el folleto que me ha dado, me doy cuenta que es justamente el apartamento en el que ella vive.

-¿se va a mudar de apartamento? - hace tres años que vivo en este lugar, ella es dueña de los apartamentos del primer piso pero a pesar de eso siempre la he tenido de vecina, en sí es la única dueña de los apartamentos, luego de que su esposo muriera el año pasado.

- La vida es un viaje Cris, y no quiero pasar mi vejez atada a los recuerdos- dice mientras su mirada se pierde en el manojo de llaves que sostiene.

-Aparte Marcus quiere que cuide de mis nietos, así no estaré sola- su mirada se ilumina un poco tras mencionar a su familia.

No recuerdo bien a Marcus, pero si me acuerdo de sus adorables gemelos, eran la alegría para don Fausto, cuando estaba vivo.

-Entiendo, hablaré con Sebs, se que no habrá problema, igual mañana cuando pueda le saco más fotocopias y lo pongo en los carteles de anuncio de la universidad.

-Muchas gracias, que decanses- dice al caminar hacia su puerta.

-Igualmente doña Ana- digo antes de entrar a mi apartamento.

-¡Necesito explicaciones! - hablo mientras pongo mis llaves en el puesto y quito mis zapatos.

-¿Picantes o azucaradas? - pregunta Sebs mostrando las dos opciones de papitas.

-Picantes, como el drama que me tienes que contar- digo al sentarme en la barra que conecta a la cocina.

-¿qué es eso? - dice al señalar el folleto de doña Ana.

Lo pongo sobre la mesa para que lo vea - Doña Ana se irá a vivir con sus nietos y necesita alguien que alquile su apartamento, si no hay problema ¿podríamos colocarlo mañana en el bar?.

- Claro, incluso el sábado escuche a unas mujeres en el bar decir que necesitaban un lugar que les quedara cerca a la universidad.

-Mañana lo colocaremos entonces- mi vista está fija en Sebs, se que es un tema difícil de tocar pero si me lo contó esta mañana, es porque necesita alguien con quien hablar.

-Okey Sebastián Díaz, ya puedes dejar de fingir que quieres ver la serie conmigo y empezar a contarme todo con lujo de detalles.

Es hora de ser la amiga psicóloga.

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La Anatomía De Los Amigos Donde viven las historias. Descúbrelo ahora