Abrí los ojos.

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Abrí los ojos de golpe, fue como si mi pecho hubiera explotado intenté sostenerte cerca de mí, no podía sostenerte más, vi la tierra de lejos queriendo expandirse, queriendo recuperar algo más allá de nuestra visión, el viento nunca se había escuchado tan fuerte y mi miedo se reflejaba en todos los demás rostros, intentábamos afirmarnos unos con los otros, se nos desfiguraba el rostro, dejé de ver la realidad como solía verla y corrimos, corrimos, corrimos, no podíamos dejar de correr, sabías que no podíamos, no importaba lo que pasara no dejaríamos de correr nunca, aunque nuestros pies temblaran de manera exagerada y nuestras cabezas dieran vueltas absurdas, el aire entraba a bocanadas hacia mis pulmones, podía ver como mi casa se aproximaba a mí en modo de venganza, quizás por todas las veces que fumé dentro de ella y ensuciaba sus paredes, quizás los malos ratos que tuvo que presenciar, los gritos y los llantos, ¿Importaba pensar en eso ahora?, lo hecho, hecho está y no hay nada que podamos hacer, como si mi vida se detuviera, creo eso es exactamente lo que pasó, ese auto ¿de dónde salió? Y te ahogó, te ahogó, no dejamos de correr nunca, eso es lo que dijimos, que suerte que ya no era necesario seguir haciéndolo, es un poco tarde para ti, si tan solo, si tan solo, si tan solo.

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