Un nuevo despertar

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PAIGE

Un día tranquilo, lluvioso, lleno de paz. No podía acordarme de nada ­— ¿Qué había pasado?­— Me preguntaba —¿Por qué estoy aquí?— ­Solo escuchaba la lluvia caer, pero de fondo escuchaba llantos, muchos lamentos, no podía sentir nada. La paz se apoderaba de mi cuerpo y mi alma, ¿así se sentía al entregarte a los brazos de la muerte? Mientras mi pecho se inunda del último suspiro, escucho el llanto de quién siempre ríe y comprendo que se muere conmigo y que yo, yo no podía evitarlo, ese es el verdadero dolor, sentía como tenía un nudo en la garganta que no podía desenredar, no podía moverme, gritar. Abrí mis ojos, cuando pude observar lo hermosa que era me dolió ver mis labios morados mi piel pálida como la nieve y mis mejillas sin brillo, me di cuenta de lo equivocada que estaba cuando me miraba al espejo y comparaba mi cuerpo con otras personas sin valorarme, ¿Eso fue lo que me mató? El sonido del llanto inunda mis oídos, un fuerte dolor llena mi pecho, sí, he conseguido lo que siempre quise, atención, pero... ¿A qué precio? Después de todo me di cuenta de que sí fui querida, podía sentir el sufrimiento de cada persona que llegaba, quería salir de ahí estaba atrapada, sola, traté de moverme, era como si estuviera y a la vez no.

Me di cuenta de que a las personas que creía no importarles estaban ahí sufriendo por mí, llorando, lamentando. Puede que después de la muerte no hubiera solo paz, si, mi cuerpo estaba en paz sentía tranquilidad, pero mi cerebro seguía funcionando, cerré mis ojos, comprendí que estaba muerta, estaba tan sola, me acordé de cuando salía con mis amigos lo bien que nos lo pasábamos cuando estaba con mi familia queriéndonos unos a otros en ese momento la escuché ¿Mamá, eres tú? Se me partió el alma, quería levantarme y abrazarla, acariciar su cara y secarle las lágrimas que cubrían sus ojos al igual que ella hizo cada vez que yo lloré, pensar que ella siempre estuvo ahí y cuando te necesita no poder ayudarla, seguidamente escuché a mi padre, fue la primera vez que lo vi llorar estaban absolutamente desolados y a la vez perdidos. Me cansé, las personas de ahí afuera estaban sufriendo más que nadie en ese momento, pero sabía que lo superarían en cambio yo no. Mis ultimas fuerzas se rindieron y tras un último y profundo suspiro mi vida había llegado a su fin o tal vez solo acababa de empezar.


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