chifuyu de preparatoria. baji de universidad. minúsculas a propósito. capítulos cortos.
#1. "primer beso"
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la mayor parte de toda la tarde baji keisuke tuvo que soportar los chillidos y gritos de un pequeño chifuyu diciéndole que necesitaba hablar con él, y bueno, ahora que se encontraban frente a frente en su departamento; después de largas horas de clases, el menor no soltaba ni una palabra. su paciencia estaba por agotarse.
chifuyu por su parte se sentía intimidado por los ojos oscuros que lo miraban fijamente, un pequeño escalofrío le recorrió toda su columna vertebral y se preguntó si de verdad era necesario preguntarle lo que hace días llevaba pensando.
no seas un cobarde, chifuyu, pregúntaselo. se dijo a si mismo, intentando darse ánimos pero todo se fue al carajo cuando escucho la voz del mayor resonar en aquella habitación. sus manos temblaron y saltó en su lugar por la fría voz dirigida a él.
"¿vas a hablar o qué mierda?"
el rubio se relamió los labios, manía que tenía cuando se encontraba nervioso, sin darse cuenta que por un milisegundo la atención de keisuke se desvió a su inofensiva acción y lo imitó.
"sí sí, lo siento, baji-san.. y-yo"
"sin rodeos, chifuyu" bramó volviendo a hacer saltar al menor en su lugar y, pronto tuvo los grandes ojos azules en su persona, similares a los de un lindo gato y muy brillantes con una pizca de inocencia en ellos.
a veces se preguntaba cómo chifuyu a la edad de dieciocho años seguía siendo tan inocente e ingenuo. pensó que era broma cuando lo conoció. aquel chico no podía ser tan malditamente inocente y no entender el doble sentido o las intenciones de otros en su persona, pero con el tiempo se dio cuenta que sí lo era, y aunque no lo entendía, secretamente adoraba que fuese así.
chifuyu asintió rápidamente con sus cabellos rubios cayendo en su frente en un gracioso raboteó, casi tapando sus bonitos ojos y en un hilo de voz murmuró con muchísima vergüenza en su pequeño ser.
"quiero que me enseñes a besar"
la sonrisa burlona de baji decayó, sin saber cómo reaccionar con un sentimiento que no pudo descifrar instalándose en su pecho.
obviamente chifuyu no lo notó porque siguió hablando, intentando convencerlo.
"tú mismo has dicho que soy muy—"
"¿por qué me lo pides a mí?" su voz salió más ronca de lo normal. dios, nunca imagino tener una oportunidad así. o bueno, si lo imagino, de hecho fueron muchísimas veces en sus sueños y que la vida le estuviera dando esto era jodidamente genial.
