9 Meses

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Capítulo 1.

Engaños & decepciones.

Intenté abrir los ojos, pero era imposible… ¿Qué me pasó? ¿Dónde estoy? ¿Quién soy? No… la última no. 

Me sentía tan mal. Me siento tan mal. Me sentiré tan mal. ¿Por qué?

Solté el algo del que me estaba afirmando y sujeté mi cabeza con ambas manos. La superficie en la que me encontraba se movía como… jalea. Ignoré eso para no vomitar allí mismo. No recordaba claramente que había pasado ayer. Poco a poco fui abriendo mis ojos. Miré en todas direcciones. Justo a mi derecha estaba él, Marcos. Una sucesión de imágenes llenaron mi cabeza, ahora lo recordaba todo.

Fiesta de Vicky.

Jugo de frutas.

Cerveza.

Sidra.

Unas pastillitas que me harían sentir mejor según el chico de la barra

Marcos.

Baile.

Pista.

Un MarcosJunior muy animado.

Motel a dos cuadras.

Habitación.

Fuera ropa.

Jadeos…. Gemidos… Toqueteos… Excitación. Suficiente.

Me incliné hacia él y apoyé mi mano en su hombro y allí mi barbilla.

- ¿Lindo? – pregunté esperando no estar hablando sola – Me percaté de su ronroneo.

- Hola Preciosa – me incliné hacia el para darle un beso rápido.

- ¿Querés que vaya a preparar el desayuno? – le ofrecí.

- Andá, yo ahí bajo. – dijo dedicándome una radiante sonrisa.

- Está bien – le devolví la sonrisa y me bajé de la cama.

   Me puse una remera larga, que terminaba apenas un poco más debajo de mis muslos, para cubrir mi cuerpo desnudo. Bajé al primer piso y fui a la cocina. Puse unas rodajas de pan en la tostadora y vi sobre la mesa el celular de Marcos. Por esas locuras de la vida, tomé el celular, fui a “Menú” y un cartel enorme decía “Bandeja De Enviados Llena, Borre Mensajes “. No Creía que le molestara si le borraba algunos mensajes. Fui a “Mensajes Enviados” y examiné sus últimos mensajes.

   Me quedé atónita y sin palabras cuando vi que había estado mandando mensajes candentes a Micaela. Compañera nuestra en la escuela. Oí unos pasos que descendían por la escalera. Marcos me miró con una sonrisa. Al dirigir la vista al móvil en mis manos su sonrisa se esfumó.

- ¿Qué….Es… Esto? – dije enseñándole la pantalla de su móvil.

   Marcos no se movía ni nada y miraba con… ¿Miedo? 

- Oye… no quiero estar pensando cosas equivocadas… tan solo dime… ¿Estos mensajes a Micaela son tuyos? – pregunté controlando el tono de mi voz.

   Marcos miró al piso.

- Si, lo son. – dijo juntando sus manos en su nuca y mirando al techo. 

   El silencio invadió la cocina por unos instantes.

- Te juro que… - comenzó Marcos.

- ¡No, no quiero explicaciones. ¡O más bien excusas! – casi grité interrumpiéndolo –

- Zoe te juro que estaba… - dijo Marcos acercándose hacia mi –

- No quiero escucharte! Es todo, terminamos. – dije alejándome – Me das asco – finalicé y comencé a correr escaleras arriba. 

   Sentía odio, decepción, tristeza, rencor. Me puse las calzas y luego las zapatillas. Tomé mi abrigo y bajé las escaleras apresuradamente. Cuando pasé por la cocina Marcos estaba leyendo los mensajes.

- ¿Acaso te sorprende lo imbécil que sos?.

- Zoe, por favor...– dijo quejándose - Estaba ebrio… al igual que vos – dijo volteándose .

Desvié la mirada y salí por la puerta la cual daba a la calle.

Me dirigí para casa. Seguramente mi madre me estaría esperando. Considerando que ayer en la noche no volví. Conociéndola, ya habría llamado al 911 y contactado con alguna unión de los estados unidos, por ejemplo el FBI para que me encontraran. Y en realidad solo estaba a cuatro cuadras de casa. Pero a pesar de que estuviera cerca… no sabia como contarle todo lo que paso. Habia perdido la virginidad con mi novio. Pero eso no era lo más importante. Si no que: lo habia hecho ebria y lo habia hecho con alguien que me estaba engañando en ese mismo momento. Eso merecería un sermón de unas tres horas… la gran pregunta era: como se lo tomaría. Pasara lo que pasara. Ya estaba hecho. No podía cambiar nada.

Cuando estaba a dos cuadras vi lo que me imagine. Dios Mío. Cuatro patrullas y mi madre en medio. Hablando con unos siete policías. También estaba mi hermana, Erica, la que no veía desde hace dos años y Mia, mi hermana menor. Dios... Había sido solo una noche… Y le dije que llegaría tarde… me armé de valor y me acerque a la casa. A unos siete metros de todo ese alboroto mi madre me reconoció y corrió hacia mí para abrazarme. Correspondí el abrazo preparada para su charla de tres horas.

- Mi vida... – comenzó mi mama – ¿dónde estabas? Estabamos todos preocupados por vos… Hasta vino tu hermana… – retrocedió el rostro para mirarme a los ojos – ¿Estas loca? ¿Dónde estuviste? Desde ayer a las nueve de la noche que no viniste... Ay mi amor… – comenzó a acariciar mi rostro mientras yo seguía en shok al verla – pensé que te habia pasado algo… espera… ¿Te paso algo? ¿Te robaron? ¿Te violaron? ¿Abusaron de ti mi vida? – Desvió la mirada hacia la otra cuadra - Seguramente fueron los de la esquina... – me miro y se centro en el tema – llame a la casa de Vicky hoy a la mañana y dijo que habías desaparecido ayer a la noche. Que te habías ido con un muchacho pero que ella no lo pudo distinguir. ¿Qué pasó? ¿Te secuestraron? ¿Quién? Digo... estaba en la fiesta. No habia ningun extraño. ¿Estás bien? – se quedo mirándome mientras yo guardaba silencio esperando a que finalizara del todo – Mi vida… Dí algo...

Respire hondo entendiendo que diga lo que diga… me interrumpiría y seguiría con otra charla que haría que todos nos durmiéramos.

- En verdad...  comencé – me fui con Marcos a…

- Ya me lo temía – estallo mi madre – ese muchacho me tiene sin cuidado... Siempre te dije que era mala influencia para ti... ¿Qué te hizo? ¿Por qué te llevo con él? ¿Te secuestró? ¿Te llevo con unos amigos y luego…

- ¡Mamá! – gracias a dios la interrumpió mi Erica. Que según mi mama ella era la más madura de la familia. Yo no lo negaba – ¡Estas espantando a todos! Entra en la casa que yo me encargo de todo… ¿si? – dijo y mi mama le obedeció.

Era algo entre cómico y patético la influencia de mi hermana en mi madre.

- Gracias… – comenzé yo acercándome a mi hermana 

Ella me calló levantando una mano y siguió hablando con el policía que se iba marchando.

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Una vez que todos se fueron. Erica, Mia y yo entramos en la casa.

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⏰ Última actualización: Jan 14, 2013 ⏰

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