"Im Jaebeom, me haces tan feliz que hasta me pongo triste, no hay nada que odie más que lo que no puedo tener, eres tan hermoso que me hace enfadar"
Un año después, Jaebeom y yo seguimos saliendo, nuestra relación se ha enfortecido bastante bien y estamos preparados para cualquier cosa. Las cosas con el grupo mejoraban cada vez más, ya habíamos hecho nuestro debut en Japón y en los Estados Unidos, y todas estábamos emocionadas por haber obtenido ese grado de fama, todavía tratábamos de averiguar como fue que nuestro debut se hizo tan famoso.
-Hwa- todas miramos a mi mánager que había interrumpido la práctica de nuestro siguiente comeback- Ven un momento.
Tranquilicé a las chicas con la mirada y les dije que volvería pronto, aunque la cara de mi mánager solo reflejara preocupación y miedo.
-Lo siento- susurró cuando salí de la sala.- El jefe te busca, se ha enterado.
El alma se me cayó al suelo y perdí todo color, el corazón bombeaba con tanta fuerza que parecía que se iba a salir de mi pecho, y entonces comencé a respirar rápido y fuerte.
-Tranquilízate- me dijo el mánager - Estás protegida por el éxito.
-Eso no le importó a Cube cuando echó a Dawn y Hyuna- le contesté.
El camino al despacho del CEO se volvió largo y tedioso. Algo en su interior le decía que el CEO no sería capaz de echarla, pero la otra ya se estaba preparando mentalmente para ir junto a Jaebeom a contarle que había pasado y llorar la pérdida de sus sueños.
-Ya es hora- susurró mi mánager antes de tocar la puerta del CEO.
-Adelante- oímos, entonces entramos- Señorita Yoon Hwa Jin- dijo - Líder del nuevo grupo. Te has vuelto muy popular- me sentí nerviosa ante la mirada penetrante de aquel hombre.- Pero hay algo que tengo que hablar contigo.
-¿Qué ocurre?- pregunté en voz baja.
-Ya sabe que ocurre, está incumpliendo su contrato, está saliendo con un ex artista de esta empresa y me lo ha ocultado por un año- se veía muy enfadado en ese instante.
-Lo siento - dije en voz baja.
-¡No se disculpe!- me sentí pequeñita en ese entonces- ¡Esto es una falta muy grave!- el CEO se tocó las sienes y respiró para relajarse- Pero tiene éxito y ningún medio se ha enterado de eso- le miré confusa- Debe de acabar con esta relación, lo siento mucho, es la única solución- asentí- Ya pueden marcharse.
Mi mánager se colocó a mi lado y me levanté de la silla en dónde me había sentado, juntos salimos del despacho, y una vez fuera comencé a llorar de pura impotencia, este es el precio que tengo que pagar por querer perseguir mis sueños.
Mi mánager me susurró que no me preocupara, que todo pasaría, pero en estos momentos no sabía si creerle.
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-Contárselo o no contárselo, esa es la cuestión- dijo Hana.
-Deberías contárselo- dijo Li.
-El caso es que no me he planteado la idea de no decírselo- dije finalmente- Iré a su casa ahora mismo- me levanté del suelo y recogí mis cosas.
-Que te vaya bien- dijo Kendall.
-No hace falta que le digas nada, Jaebeom y ella se quieren lo suficiente como para no destrozar lo que tienen- acabó diciendo Cho.
Salí de la sala de baile y de la empresa analizando que Cho tenía razón respecto a Jaebeom y a mí. Nos queríamos, yo quería lo mejor para él, y él quería lo mejor para mí.
Para cuando llegué a casa de Jaebeom ya eran las once de la noche pasadas y no sabía si seguiría despierto, igualmente toqué el timbre.
-¿Hwa?- me vió por la cámara.
-Necesito hablar contigo- dije y me abrió.
Subí en ascensor hasta el piso que era y me lo encontré esperándome con una bonita sonrisa en la puerta del apartamento.
-Hola bonita- dijo y cuando me acerqué me dio un casto beso en los labios- Pasa.
entré y me quité los zapatos en la entrada.
-Nos han pillado- dije de sopetón, Jaebeom me miró sorprendido.
-¿Qué te han dicho?- preguntó y me mordí el labio nerviosa pensando en cómo podía decírselo.- Hwa- me llamó- ¿Qué te han dicho?
-Que debería cortar contigo- le miré con arrepentimiento a los ojos.- Que no pueden echarme porque el grupo ya es demasiado exitoso.
-Tranquila, cielo- me abrazó- Lo entiendo, no te preocupes.
-Yo no quería que pasara eso- dije contra su cuello.
-Tú tranquila, si tenemos que dejarlo, lo dejamos, sabes que te voy a esperar lo que haga falta- me cogió de los hombros y me separó de él para dedicarme una gran sonrisa- No debes de preocuparte de nada, tus sueños son lo primero, y te esperaré porque los entiendo.
-Gracias- volví a abrazarle- ¿Qué he hecho para merecerte?
-Ser la persona más bonita del planeta- susurró contra mi cabeza.
-Deja de ser tan adorable- le di un pequeño golpe en la espalda.
-No soy adorable, soy sexy- y ambos reímos.
Esto era lo que más me gustaba de Jaebeom, sabía hacerme reír en el momento adecuado.
