V: Dulce hogar

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—¡Y tu madre estaba como loca! Realmente le zafaste los tornillos anoche, Ale.

Alexa había terminado de desayunar sus tostadas francesas, con la compañía de su padre, quien leía el periódico. Ella tan solo tenía el café.

—Apuesto a que todos me agradecieron internamente por haberle cerrado el pico a esa niña —dijo ella mientras agarraba el asa de su taza para beber café.

—Lenguaje, muchacha —dijo aún teniendo sus ojos en el periódico.

—Perdón.

—Aunque, te tengo una pregunta —empezó su padre—, ¿tu mamá anoche, mejor dicho, ayer en la tarde, te estuvo haciendo preguntas "raras"? Tú sabes, ella es algo desvergonzada al hacer preguntas —finalizó, con una risa, y dobló el periódico a la mitad y lo dejó a un lado para mirar a su hija.

—Ah, sí —respondió, sin tanto interés, y dejó su taza a un lado—, me enseñó la foto de un chico en una de las revistas. Admito que estaba elegante el tipo, pero, meh, no estoy interesada.

Su padre sintió un gran alivio con las palabras de ella. Se le era tan difícil aceptar que su niña ya estuviera grande, y, que, en cualquier momento, ella iba a hacer su vida.

—¡Ésa es la actitud, Ale! —felicitó—. Estás muy joven para que te rompan el corazón. El amor es un juego fácil.

—Ugh... Papá... No necesito esos consejos —musitó.

—¿Qué? Intento aconsejarte en este especial momento de padre e hi-...

—¡MICHAEL!

—Uh, mamá te va a regañar. Interesante —dijo Alexa y alzó las cejas con interés, mientras miraba cómo su madre se acercaba furiosa a su padre.

—Ahm... ¿Pasa algo, amor? No me digas que el animal ese se volvió a cag-...

—Te aclaré hace minutos que tenías que lavar y ordenar lo que usaste para el desayuno, pero no lo has hecho. ¡Vamos! ¡Vamos! ¡Ponte de pie! Que ya debemos irnos para abrir el restaurante, ¡pero es que es para hoy! Sabes que ahorita estoy ocupada con otras cosas.

Michael se puso de pie de mala gana y se alejó. Entonces exclamó a lo lejos:

—¡Y luego soy yo el que no quiere pasar tiempo con su hija!

Nelle frunció el ceño, un poco molesta y dirigió su mirada a su hija, algo que Alexa notó.

—¿Pasa algo? Te juro que mi habitación está ordena-... —intentó decir, pero su madre la interrumpió:

—Ajá. Yo también tengo palabras para ti. Sabes que no me gusta ese tipo de conductas en el restaurante, y lo hiciste anoche, frente a muchos clientes. ¡Me dejaste en un mar de vergüenza! Espero que pronto dejes esa conducta a un lado —dijo, seria—. De paso, lavas tu plato y taza —finalizó, y se alejó de ella.

Alexa solo miró su taza y la agarró para seguir bebiendo, mientras ocultaba una pequeña curva que se formaba en sus labios por lo reciente con sus padres. Quería reírse. Y volvió a poner la taza en la mesa ya vacía.

—Ya qué —dijo para sí misma—. Le pude cerrar el pico a esa niña —murmuró, orgullosa.

Entonces sintió unas cosquillas en su pierna. Bajó la mirada y se encontró a su mascota, en busca de atención. Eso hizo que se enterneciera un poco con él.

—Hey, Biscuit, te perdiste otra escena de la casa que no es teatro —estiró sus brazos hacia éste y lo puso en su regazo.

Mirar la carita naturalmente sonriente de su mascota le hacía recordar al tipo con el que su madre estuvo hablando anoche. Él la estuvo mirando mientras ella era el centro de atención con aquella niña.

Vide émotionnel -Alastor x Tú (OC)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora