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Los ojos de Yangyang se abrían lentamente gracias al sonido irritante de los gritos de Hendery. Se sentó en la cama aún algo dormido.

— ¿Por qué gritabas? — preguntó con los ojos achinados mirando a su amigo.

Hendery gira su cabeza para ver a Yangyang. Pone su dedo en sus labios y emite un sonido corto para que Yangyang guarde silencio. Saca sus manos de las finas sábanas y muestra una pequeña consola de videojuegos. En el instituto no nos permiten tener dispositivos, y en esta categoría entran las consoladoras de videojuegos.

— ¿Cómo la conseguiste? ¿La robaste? Sabes bien los castigos por incumplir las normas.

— Yayaya, ya lo sé. — Hendery también se sentó en la cama y acercó su espalda un poco a Yangyang. — ¿Recuerdas al Viejo Son?

Yangyang dirige sus ojos a la izquierda intentando hacer memoria.

— ¿El cocinero?

— Correcto — Hendery junta sus manos — Conversamos mucho y le comenté que en el verano me gustar jugar juegos. Así que me compró esta consola junto a un juego de terror. ¿Quieres jugar?

— No gracias.

Yangyang se levanta para dirigirse al armario. Abrió el placar para agarrar uno de los miles de trajes -trajes iguales que se usa como uniforme de la institución- que habían dentro.

— Disfrutaré un poco este fin de semana. ¿Vienes? — Dice Yangyang desabrochando los botones del pijama.

— Nah — Hendery se vuelve a acostar y se tapa con la manta de manera que no se note su consola.

Yangyang se dirigió hacia el comedor para poder desayunar. Dicho comedor era inmenso. Habían al menos 50 mesas para que todos los estudiantes del internado Way To Eden pudieran comer allí.

Way To Eden era el sueño de todo estudiante promedio. Una academia gigante, que contaba con espacios cómodos y lujosos, equipada para que los estudiantes pasen todo el año allí. No sólo sus instalaciones eran ideales, también lo era su educación. Contaban con un alto nivel académico, a parte de una promesa de enseñanza de respeto y educación.

El ingreso al instituto era complicado. Necesitas entrar en un estándar específico que la academia busca: contar con poder -ya sea económico o político-, tener excelentes calificaciones o ser la recomendación de algún estudiante o persona que haya estudiado o trabajado ahí.

Los estudiantes más prodigiosos eran ascendidos al consejo estudiantil. Contaban con mejores instalaciones y más privilegios. Pese a la fama de este grupo de estudiantes, muy pocos sabían realmente que era lo que hacían.

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⏰ Última actualización: Aug 11, 2021 ⏰

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