Final

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Estaba cansado, el trabajo lo tenía muerto, pero al cruzar la puerta de su casa todo se esfumó al ver a su esposo.

- llegaste- se acercó para darle su acostumbrado beso de bienvenida- pedí algo de cenar por internet, sinceramente estoy cansado.

- no te preocupes- le dio un beso en la mejilla- no te desgastes en cocinar cuando se puede pedir comida a domicilio.

Colgó su chamarra en el perchero junto con su mochila, la casa estaba llena de libros tirados y la mesa tapizada de papeles, en medio la computadora encendida.

- ¿Aún no terminas de trabajar?

- ya casi, solo me faltan revisar unos trabajos.

Namjoon se sentó de nuevo en la silla frente a la mesa, sus piernas eran el foco de atención para el alfa ya que vestía con un pequeño shorts. Las piernas largas, morenas y torneadas de su delta le encantaban.

- que piernas tan bonitas- se sentó en el sillón para observarlo mejor.

-ay Jungkook ya vas a empezar- se sonrojo, siempre que le halagaba sus piernas sabía que terminarían en la cama.

El alfa se levantó y acercó a él para darle besos en el cuello.

- no te enojes es que eres tan bello- hace dos días que se había terminado el celo del delta y al parecer Jeon seguía caliente.

- es que pareces aún un adolescente con la hormona alborotada- lo tenía abrazado y aprisionado mientras le repartía besos por toda la cara.

- hueles tan bien- la voz de Jungkook cambio desde que se casaron y ahora su masculina voz lo estremecía. Lamió la marca en el cuello y con orgullo la vio.

- también hules bien- se acurrucó en su hombro, ya no tenía que agacha ese tanto para ese acto, el chico era casi tan alto como él.

Se vieron a los ojos y se dieron un beso, entre ese beso Jeon aprovecho para deslizar su mano dentro de la playera de su pareja, casi al llegar a los pezones el timbre sonó.

- iré a abrir- dijo molesto Jungkook.

Recogió la comida y pago mientras veía feo al repartidor, le había roto su momento especial, todo el día estuvo pensando en Namjoon y cuando al fin lo vio, cuando iban a tener su noche de pasión todo se rompió.

- disfrute su comida- el chico guardo el dinero.

- sí y tú ya no seas inoportuno- le gruñó y el pequeño alfa se fue corriendo.

Ahora Jungkook era un adulto, un alfa de gran musculatura, sus rasgos eran marcados, su olor se había vuelto más fuerte, la voz de mando que desarrollo era de las más fuertes que se podrían encontrar y su gran estatura hacían alguien muy temido. Pero la realidad es que detrás de toda esa masculinidad era aun el niño de Namjoon, siempre lo seguía para obtener un beso, un abrazo o piojito, hacía pequeños berrinches para obtener lo que quería y por supuesto que le seguía encantando los videojuegos y el anime, eso nunca se le podría quitar. 

Entró a la casa con las cajas onde estaba su pollo frito favorito y los coloco en la mesa de la sala de estar ya que la mesa del comedor estaba aun repleta de papeles de su pareja, Namjoon trataba de acomodar, pero parecía que no sabía cómo hacerlo y su cara de confusión era tan tierna. 

-deja eso, podemos comer aquí- el moreno asintió- ¿Cómo te fue hoy?

- muy bien- su sonrisa era la más bella para Jeon- mis alumnos cada vez avanzan más, un chico me dijo que ya puede entender el 70% de su serie favorita y una chica me contó que hace unos días pudo darle indicaciones a un turista. 

Schediafilia- Kooknam (Omegaverse)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora