INFIERNO - II

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"Príncipe D'Rose"

Florencia – febrero, 2015 – Liam D'Rose

Las coloridas luces fosforescentes y parpadeantes me confunden haciendo que cierre los ojos ante el mareo que me toma cuando el líquido gris inunda mis venas, la esclava se levanta del piso y desecha la jeringa antes de encenderme un cigarro. La mezcla entre nicotina, alucinógenos y marihuana me deja flotando en las nubes mientras me olvido de los reclamos, reproches, y problemas.

Los reclamos de Bianca desaparecen en segundos, la mierda de los D'Rose me importa menos que mi vida en este momento y lo único que veo es la sonrisa amplia de mi hermana mayor, la que debe estar en alguna especie de reunión queriendo controlar países enteros. Música de fondo que no reconozco y esclavas que no dejan de servirme con entusiasmo queriendo subírseme encima, pero termino apartándolas queriendo un poco de tranquilidad. Las conversaciones a mi alrededor se hacen borrosas y mi vista se mantiene en el centro de la pista del local que se usa como prostíbulo, la mujer en el tubo llama mi atención, a pesar de que veo borroso sé que no es de aquí, no trabaja para mí y no sé qué hace subida ahí.

El teléfono vibra, me esfuerzo para poder leer el nombre y este me hace sonreír.

—¿Llegaste? — increpo levantándome del sillón como puedo y alcanzando una de las botellas llenas.

—Casi, ¿A dónde vamos? — pregunta y sé que está sonriendo.

—¿Importa?, solo quiero tenerte conmigo — me rio internamente de mi confesión.

—¿Tu diciendo algo romántico?, seguro estas drogado — una carcajada sonora me sale y camino entre las esclavas queriendo más droga.

—Lo estoy — respondo llegando a la barra.

—Voltea — me dice confundiéndome y dejo la botella girándome a no sé dónde.

Medio sonrió viéndola en la entrada del club con el casco de su motocicleta en la mano, dejo el teléfono cortando la llamada antes de acercarme, pero...

El chocar con algo o más bien, alguien me detiene, el enojo mesclado con una fragancia irreconocible hace que mi lucidez regrese y estoy a punto de tomar mi arma y disparar, pero...

—Disculpa, disculpa — mi cabeza, mi mundo, mi alrededor se detiene con la mujer de ojos verdes que se aparta, la reconozco, es la que estaba bailando en el tubo. Su tacto en mis brazos desnudos junto con la mirada brillante que carga me queman tranquilizándome en segundos, pero aumentando mi confusión a niveles cósmicos.

—Descuida — alejo mi mano del arma. — No fue nada — por instinto me sale una sonrisa y le extiendo mi mano, lleva un ajustado vestido de cuero que se ajusta a su bonita figura y el cabello recogido en un moño, las joyas que la adornan me hacen saber que no es una simple esclava y que no trabaja aquí. — ¿Cómo te llamas? — estrecha mi mano.

—Ka...

—¡Liam! — me llama Stella al otro lado de la pista, la mujer me aparta de su mano antes de irse mientras me paralizo, era su olor, su delicado y seductor aroma que me recuerdan a un bosque frondoso y a Rusia. — ¿Quién era? — me pregunta Stella despernándome, por instinto volteo, buscándola, pero ya no está, no sé a dónde se fue ni si alguien que huele así puede existir.

—Nadie — me concentro el ella cuando recuerdo lo que quería, halo de su muñeca para abrazarla.

—¿Me extrañabas? — susurra envolviéndome el torso a medida que bajo a sus caderas, no respondo, solo dejo que mis manos se paseen por su delgado cuerpo y medio abro los ojos cuando su cabello rubio se despeina con el viento que viene de afuera. — Responde — pide haciéndome negar.

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⏰ Última actualización: Feb 08 ⏰

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