"El verdadero amor es como los espíritus: todos hablan de ellos, pero pocos los han visto."
François de La RochefoucauldHan pasado 3 meses desde la ceremonia de graduación, no eh tenido contacto con casi ninguno de mis amigos desde ese día; a decir verdad extraño mucho a Luis, especialmente cuando compartíamos el almuerzo en horas del recesos. En serio me gustaría que los papás de Luis hayan decido quedarse en la ciudad, pero aún no sé nada de él, y eso me aterra porque hoy es mi primer día de clases.
Llegue desde temprano, para ser exactos 1 hora antes, porque no quería confundirme de salón o algo por el estilo. Al entrar a la escuela, pude observar que se encontraba en el patio Brenda, una de mis mejores amigas. Así que inmediatamente me acerque para poder hablarle:
-¡Hola Brenda!, me haz salvado, por un momento creí que no iba a encontrar a nadie en este lugar.
-¡¡Apresúrate!!, tenemos que ser los primeros en llegar al salón de clases, no quiero que me ganen mi lugar favorito- Respondió de una forma muy exaltada que ni siquiera pude decir otra palabra.Mientras caminábamos por el lugar, pude observar lo diferente que lucia, todo era más grande (aunque no me pareció la gran cosa); lo único que llamó mi atención fue ese precioso mural de un atardecer que mostraba la belleza de los volcanes acompañado de nubes, aves y una frase que decía "En algún lugar, siempre habrá paz", al parecer me sentí identificado con ello, ya que lo más necesitaba en este instante era paz.
Finalmente, después de 10 minutos de búsqueda, logramos encontrar el maravilloso salón 3C. Lucia fabuloso, además estaba en un lugar perfecto ya que se encontraba justo a lado la cafetería escolar.
Espere a que Brenda entrara primero, pero al abrir la puerta notamos que él profesor Eugenio ya estaba preparando la clase para el primer día; quien entusiasmado por vernos llegar temprano grito:
-¡Pasen muchachos! Me alegra mucho conocerlos, yo seré su maestro por el momento- Esbozando una gran sonrisa.
Entramos al salón alegres por tal recibimiento, Brenda escogió sentarse justo en el asiento de en medio, así que sin más remedio me senté detrás de ella.
Poco a poco comenzaron a llegar más personas conforme el reloj iba avanzando, hasta que de la nada, el profesor cerró la puerta de forma brusca exactamente a las 8 am.
-A partir de ahora se considera falta, así que más les vale llegar temprano- exclamo de una forma que nos di9 miedo a todo el salón.
Nadie tenía la intención de dirigirle una palabra después de mostrarles esa actitud tan agresiva a todos mis compañeros, aunque Brenda y yo sabíamos que en fondo no era así, pues era muy diferente a la persona de hace 20 minutos cuando aún no había nadie más en el salón.Eran las 8:05 , apenas habían pasado 5 minutos desde que se cerró la puerta y yo sentía un aburrimiento inmenso; quise echarle un ojo a las personas que se encontraban a mi lado pero parecían más temerosas que yo. Todos estábamos a las espera de sus indicaciones, la ansiedad nos comía vivos a todos hasta que de repente... se escucharon unos leves golpes en la puerta.
El profesor se levantó de su pupitre y enojado abrió la puerta.
Estoy en horas de clase, regrese después- Exclamo seriamente, cerró la puerta nuevamente y se sentó nuevamente.
Justo terminaba de sentarse cuando escuchamos que abrieron la puerta mientras se escuchaba la voz voz risueña de una chica viniendo de afuera diciendo- Una sincera disculpa profesor, lamento llegar tarde pero tenía que pasar a dirección por unos asuntos, ¿me permite pasar?
El profesor asintió y si más remedio la dejo pasar, aunque le advirtió que era la última vez que le permitía llegar tarde.
Mientras ella iba cambiando por el frente del salón, la observé ligeramente, y al hacerlo me sentí extraño, como si algo estuviera a punto de pasar, fue algo nuevo para mi. Trate de no mirarla, pero cuando me decidí a préstale atención a su rostro, me di cuenta que ella me estaba viendo de reojo . Por un instante nuestras miradas chocaron y todo pareció quedarse en silencio, como si el tiempo se detuviera en ese instante, ambos nos sonreímos levemente y mis manos comenzaron a sudar.
Jamás había tenido esta sensación, porque nadie había robado mi atención de esa manera , hasta el día de hoy.
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DOR: Un primer amor
RomanceNadie es un experto en el amor, y menos cuando se es un simple adolecente. Sin embargo, todos en algún momento de nuestra adolescencia pudimos experimentar lo que es "el primer amor"; recordar esa sensación de dar el primer beso, el primer abrazo, l...