Capítulo 3. Una extraña sensación

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Aquel primer día de clases, Miwa hizo varios amigos. Una chica de carácter fuerte llamada Nobara, un chico que parecía tener grandes habilidades atléticas llamado Yuji y un chico serio pero demasiado inteligente llamado Megumi, de todo el nuevo salón, había sido el único que sabía todas las respuestas a las preguntas que los profesores soltaban. 

Como es costumbre, entre clases los nuevos solían comentar qué tantas expectativas tenían sobre cada materia y profesor. De quienes se comentó más fue del maestro de música, que a pesar de su gran edad, casi setenta años, sus habilidades para tocar los instrumentos era fenomenal, todos habían quedado impresionados con la rapidez y energía con la que movía sus dedos entre las cuerdas de un bajo. Bien podría estar tocando en conciertos y ser una celebridad en redes sociales, pero prefería compartir su talento en las aulas. 

También comentaban sobre el profesor "guapo" (si, así le llamaban ya las y los de primer año al profesor de cabellera blanca que les dio su primera clase), les había causado interés inclusive a los varones, parecía un hombre interesante, aunque a los nuevos amigos de Miwa les parecía que tenía un aire egocéntrico. 

Finalmente sonó la campana de salida, Miwa y los chicos salieron agotados de su primera jornada universitaria, a pesar de que la mayor parte fueron presentaciones. Yuji parecía que lo había golpeado alguien pues su cabello estaba echo un desorden, pero en realidad así siempre lucia por lo inquieto que era. 

-Así de fuerte golpea la universidad -comentó  un chico alto y fornido de un grado mayor,  quien sacaba sus zapatos en el casillero a un lado del de Yuji.

-Es bueno saberlo desde ahora... -respondió el pelirosa suspirando, dejando caer su cabeza de cansancio.

El chico alto solo se limitó a verlo y sonrió para si, cerró su casillero y se marchó sin decir nada. Para cuando Yuji levantó la mirada, aquel chico ya estaba saliendo del lugar.

-Se llama Todou -dijo Megumi en voz alta mientras se acomodaba sus zapatos- íbamos en la misma preparatoria.

-Parece un profesional de levantamiento de pesas -comentó Nobara. Aquel chico tenía unos grandes músculos, que resaltaban más por lo ajustada que le quedaba la camisa escolar.

-No se acerquen mucho a él, suele dar problemas... -terminó Megumi, quien ya solo se despidió de todos levantando una mano.

-¿Ya se va? -preguntó el pelirosa  a sus compañeras, confundido por la forma tan banal con la que se había despedido Megumi.

-Parece que si...¿hacia dónde vas tu Miwa?

-Yo voy en dirección al río 

-Hmmmm, eso queda en sentido contrario a donde yo vivo -dejó salir un suspiro de decepción Nobara, a Yuji no le preguntó, pues en realidad ellos dos vivían muy cerca uno del otro y sabía que regresarían juntos, por eso mismo se sentía decepcionada, pensar que  iba a tener que volver a casa con él todos los días que restaban de la universidad. 

-¡Oye Nobara! ¿Por qué a mi no me preguntaste hacia dónde voy? -preguntó yuji enojado, se había sentido tomado poco en cuenta. 

-¡Porque vivimos en la misma calle idiota!

Miwa rió, le gustaba la confianza con la que esos dos se llevaban. 

-Lamentable tener que irme con este sujeto -dijo Nobara haciendo un ademán con las manos, como si no tuviera remedio aquello- como sea, nos vemos mañana Miwa -se despidió con una sonrisa.

-¡Espera Nobara! -gritó Yuji acomodándose torpemente los zapatos- ¡nos vemos Miwa! -se despidió corriendo para alcanzar a su compañera. 

Miwa los vio salir a lo lejos. Cerró su casillero y empezó a caminar hacia la salida. Ya la escuela estaba algo vacía, solo quedaban los alumnos que tomaban talleres deportivos pero en las canchas y áreas verdes de la escuela, además de los grupos indecisos de grados mayores, que no sabían a dónde ir para festejar su primer día de nuevo curso. 

El tiempo que nos separaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora