monarch of souls ⁚⁚⁚⁚ ━━ La monarca de las almas renacerá para poder darle fin a la guerra de los gobernantes, para vengar el alma ultrajada de su protegido, sin importar el tiempo que se retroceda o se altere.
Volverá para poder salvar las...
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En los albores de los tiempos, cuando lo único que existía era luz y oscuridad, el ser absoluto dividió la luz para crear a los y dividió la oscuridad para crear a los Monarcas.
Como los Monarcas nacieron para destruir el mundo y los Gobernantes nacieron para protegerlo, no pasó mucho tiempo antes de que se involucraran en una guerra devastadora e interminable entre ellos.
Cuando el ser absoluto la creo, su objetivo no era claro, su propósito no parecía ser el unirse a las filas de los fragmentos de luz para luchar.
Ella no era un fragmento nacido de la luz, sino más bien un fragmento nacido del ser absoluto, un ser imperecedero.
Pero a pesar del poder que desprendía, con el que las guerras se podrían tornar mucho más intensas si quisiese, el ser absoluto siempre la mantuvo a ralla, como si ella debiese protegerlo de algo.
Así que, no pudiendo poner un pie en el campo de batalla, su vida giró en torno a la diversión del ser que estaba por encima de todos, el ser supremo.
Freya pasó muchos años de pie tras el trono del ser absoluto, atenta para poder curar a las piezas rotas —los fragmentos de luz— que volvían de la batalla contra el enemigo, uniendo los trozos de almas rasgadas para poder enviarlos al mundo de los muertos o a luchar de nuevo.
Una y otra vez.
Su creador parecía disfrutarlo, ver cómo sus creaciones, sus pequeños peones iban y le daban entretenimiento sin parar, y mientras, su hija permaneciera a su lado, reconstruyendo las piezas para que el show dentro del campo de batalla fuera eterno.
Pero como siempre, llegó un momento en el que la interminable guerra donde los batallones regresaban con cada vez menos peones y más heridos, tanto que Freya dedicaba su completa atención sobre ellos por días, algunas veces sin poder tener éxito y enviándoles al mundo de la muerte.
Terminó por aburrirle, por eso decidió enviar a su fragmento de luz más brillante al campo de batalla junto a todos.
Para que su entretenimiento fuese aún mayor.
Ashborn ganó numerosas batallas, regresando con su batallón intacto la mayoría de esas veces, haciendo que el resto de los fragmentos se conflictuaran.
Estaban llenos de alivio, pero ahora que tenían la oportunidad de vivir un poco más, no podían evitar resentirse contra su creador.
Freya pasaba sus días rezando para que su padre permaneciera a su lado, porque en su interior había una pequeña espina de preocupación que no tenía sentido alguno.
Sabía que el cuchillo se podría voltear en cualquier momento.
— Mi señora, lo lamento... No pudimos protegerlos...— murmuró el caballero, respirando de manera entrecortada mientras Freya trataba de reparar su alma.
