i. (r.)

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room

A las ocho de la noche apenas salía Manhing de la casa de su amiga, dirigiéndose a la de su propiedad.

Yuqi la había invitado a quedarse ya que ninguna tenía actividades importantes por lo que restaba del fin de semana, pero Manhing la rechazó. La verdad no tenía ningún tipo de inconveniente con quedarse en la casa ajena, el problema es que había dejado a su hermano solo en el departamento.

Por esa simple razón se negó a pasar la noche con su amiga. No es como que su hermanito Kunhang fuera pequeño y por eso no pudiera dejarlo solo, el problema es que era él. Y más a favor de la chica, las posibilidades de que estuviera con su mejor amigo Yongqin eran grandes.

¿Cuál es el problema de Manhing? Bien, no existe una razón aceptable por la cual dejar a su hermano casi mayor de edad solo con Yongqin. Los dos son un caos juntos. Nadie se explica como pueden causar un corto circuito cuando simplemente querían servirse un tazón de cereal. Tristemente, ya tienen la experiencia.

Era casi imposible dejar a ese par solos y al rato no encontrarlos intentando arreglar su reguero. Por eso, la responsable hermana mayor de Kunhang se encontraba subiendo las escaleras del apartamento hasta llegar a su hogar; preparándose para el posible contratiempo que encontraría.

Pensó que sería divertido sorprender a los menores al entrar tan repentinamente, por lo que abrió la puerta principal lo más silenciosamente posible.

Lo que sí la extrañó fue no encontrar rastro de ninguno en toda la casa al entrar. Nada de en la sala, nada en el comedor, la cocina, el balcón. Nada.

La última opción que le quedaba era el cuarto de Kunhang ya que sabía que éste no entraba ni al cuarto de sus padres ni al de sus hermanas. Simplemente se dirigió a la habitación con la idea de que estarían jugando en el computador. Cosa que ahora le constaba que no estarían haciendo

Manhing siempre acostumbró a tocar las puertas antes de entrar a cualquier habitación, pero debido a la misma razón por la que entró en silencio a casa, abrió con el mayor sigilo posible esta puerta.

Al sólo tocar el picaporte sintió una mala vibra, así como si de pronto supiera que no debía de abrir. Ignorando por completo su mal presentimiento, igual lo hizo.

Todo se veía aparentemente normal; la típica imagen de un canasto de ropa sucia vacía con la ropa amontonada a un lado, el escritorio donde iba el computador, la cama y, oh, vaya.

Alcanzó a ver la mano que identificó como la de Yongqin. La diversión que antes poseía desapareció de forma inmediata al ver la cabellera rosada de su hermano cubrir el cuello del contrario.

Su mirada se desplazó a Kunhang, deteniéndose específicamente a su parte baja, donde se veía la mano de Yongqin moverse con perseverancia dentro de sus pantalones.

Manhing simplemente cierra la puerta con la misma lentitud y sigilo que utilizó al abrirla. Una vez lo hizo, caminó rápidamente a la sala mientras sus rodillas temblaban con nerviosismo. ¿Qué tan mala suerte debes de tener como para encontrarte con una escena así?

⏤Agh, debí quedarme allá.

Sin poder pasar allí más tiempo, sabiendo lo que hacían y harían, salió de la casa a toda máquina. Podría decirle a Yuqi que cambió de parecer y que Kunhang ya estaba grandecito para quedarse solo en casa, sí.

dear tendery Donde viven las historias. Descúbrelo ahora