𝐔𝐧𝐢𝐪𝐮𝐞.

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Temática asignada: Desaparición de un personaje.
Pareja principal: Kookmin.
Género: Terror/Misterio.
Etiqueta: iamprixila


— Muchas gracias por ayudarme hoy, Tae

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— Muchas gracias por ayudarme hoy, Tae. — dice el pelinegro con una sonrisa triste mientras estruja las correas de su mochila con sus manos empuñadas. 


— Sabes que lo hago porque también me preocupa toda esta situación. — responde el castaño revolviéndole los cabellos al menor. — Lo encontraremos, Kookie. — promete con una voz dolida. 

El castaño se despide del más alto mientras dice adiós con su mano desde el pórtico de su casa, Jungkook se aleja dando pasos perezosos arrastrando sus botas con la poca fuerza que sus pies le permitían, habían pasado ya tres meses desde la desaparición de Jimin, su novio. 

Jungkook no perdía las esperanzas de encontrarlo, a pesar de que la policía había dado por cerrado el caso sin evidencia ni rastros que pudiesen deducir que Jimin estaba muerto, tan solo se cerró su expediente sin decir más.

El pelinegro todos los días salía con una foto tamaño mediano del pequeño rubio que le robaba suspiros y preguntaba a todos en la ciudad si es que lo habían visto, si sabían de él o que, en caso de verlo se comunicaran a su número telefónico, pero solo terminaba recibiendo negaciones e incluso siendo ignorado por los demás al pasarlo de largo. 

El pueblo en el que vivían era tranquilo y pacífico, podría decirse que nunca pasaba algo fuera de lo común, los niños podían jugar en las calles hasta horas tardes de la noche sin ningún peligro, no había violencia y los vecindarios eran seguros, el pelinegro no podía entender como es que a Jimin parecía habérselo tragado la tierra. 

Pequeñas gotas de lluvia comenzaron a caer lentamente y sin apuro, Jungkook siguió su camino hasta llegar a su casa, comenzaría a imprimir más volantes de Jimin ya que esa tarde se le habían terminado todos y necesitaba más para pegar por el pueblo y la ciudad. 

Abrió la puerta dejando sus botas llenas de barro en la entrada de la casa, mientras veía sus desgastadas calcetas de Ironman que habían sido regalo de Jimin. 

— Jungkook, llegaste, cariño. — saluda la señora Jeon desde la cocina mientras lavaba los platos. — ¿Aún nada? 

— No. — Responde Jungkook caminando en silencio hacia las escaleras para subir a su habitación. — Si alguien llama... 

— Te lo comunicaré rápido, lo prometo. — Jungkook le sonríe a su madre después de darle una última mirada al teléfono, sube las escaleras lentamente. 

Se descuelga la mochila y se acerca al escritorio para después encender su computador el cual tiene un fondo de él y Jimin, ambos sonríen mientras Jungkook le abraza y Jimin hace una seña de amor y paz con su mano derecha.

Entrückung ღ kookmin. [oneshot]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora