Oliver y Barry tenían una buena relación de amistad. Ambos se complementaban como amigos y como heroes. Los dos eran felices en sus respectivas relaciones, habian logrado una buena dinamica y sentían que tenian todo lo que podrían desear. Sin embarg...
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Oliver despertó cuando los primeros rayos de luz iluminaron su rostro, lamentablemente sería un día soleado. Se removió en la cama, tenía una jaqueca bastante desagradable por todo el whisky que había bebido la noche anterior. Se sentó mirando a la pared y sintió la respiración de alguien junto a él. Giró su cabeza para mirar y de un segundo a otro saltó de la cama asustado como si lo que viera fuera lo peor que había visto. Barry abrió los ojos de a poco y luego se levantó tan rápido que el rubio sintió el aire y el sonido cerca de su cuerpo causando su destello característico cuando ocupaba sus habilidades. El castaño se veía aterrado también y con una expresión choqueada. Ambos estaban desnudos frente al otro y de pronto el pudor comenzó a afectar al menor.
— ¿Qué carajos? Se preguntó el rubio mientras se pasaba ambas manos por su rostro demostrando la frustración que estaba sintiendo en ese momento.
— Me tengo que ir, Oliver. Dijo el velocista poniéndose su ropa y saliendo a toda velocidad igualmente asustado por todo aquello.
Oliver miraba la cama no creyendo lo que habían hecho Barry y él ¿Acaso era posible? No comprendía porqué y cómo terminaron las cosas así, después de todo lo que había construido con Felicity le hacía esto, era de lo peor y la culpa estaba en su máximo esplendor.
Un día antes
Barry había ido a Starling city para recibir uno que otro consejo y entrenamiento por parte de Oliver. Sin embargo, su mente estaba en otro sitio. Desde hace un tiempo las cosas entre Iris y él no iban bien. Tenian constantes peleas por cosas absurdas y eso lo tenía lleno de pensamientos negativos sobre qué era lo mal que estaba haciendo para que ella se enojara tanto con él y que estaba haciendo mal ella para hacerlo enojar a ese nivel también. Un golpe en su estómago lo sacó de su trance y cayó al suelo dándo se un golpe en el trasero. El rubio estaba parado frente a él con una expresión de duda.
— Estás demasiado distraído hoy Barry. Sentenció el rubio con su característico semblante serio parado y de brazos cruzados.
— Si... perdón Olie. He tenido mucho trabajo. Se excusó sentándose en la silla que estaba cerca.
— ¿Quieres hablar de ello? preguntó Oliver sentándose a un lado de Barry y entregandole una botella de agua fría.
— Iris y yo hemos tenido algunas peleas últimamente y eso me tiene algo distraído. No sé como solucionarlo. Confesó el velocista.
— Supongo que puede ser que la relación se enfrió. Vamos por un trago y hablamos un poco. Yo invito. Agregó el vigilante.
— Y una hamburguesa ¿Puede ser? Muero de hambre. Rogó Barry con una sonrisa.
