MÁS QUE UN ÁNGEL

El significado de este vacío

Ese sentimiento de vacío, que alguna vez todos hemos sentido, que nos ha ahogado como si nos encontráramos bajo el mar, con los ojos abiertos miramos sin expresión alguna nuestros miedos o aquellas cosas que nos podrían hacer daño, pero que simplemente nos da igual si nos hieren, ya que con el paso del tiempo dejan de importar. 

Un rasguño o una mirada tan afilada como un cuchillo que se entierra en mi corazón, hasta el más mínimo dolor me hace feliz, porque es como si pudiera sentir que todavía tuviera un poco de vida dentro de mi. 

Después de llegar al punto en el que todo está en mi contra y todos me han dado la espalda, quisiera morir y tal vez desaparecer, hacer que nadie sepa de mi existencia y tan solo irme lejos, sin importar dónde. No me importaba. Un lugar al cual llegar es lo de menos, un lugar al cual pertenecer, ni siquiera me voy a molestar en tratar de encontrarlo, solo me gustaría vagar por la vida sin un lugar al que llegar específicamente. 

Mi alma abandonó mi cuerpo y ahora solamente es una marioneta con la que nadie tiene deseo de jugar, pero esos juegos infantiles no van conmigo. Se siente como si estuviera al borde de la muerte, se siente fascinante y esa es la manera en la que quiero dejar el mundo que me ha dejado solo, en medio de la oscuridad, en el fondo del oscuro y frío mar, tan profundo que llegar a ver el sol parece un sueño o una simple fantasía. 

Alguien me sigue donde quiera que vaya, la luna, de la que nadie se acuerda, me hace compañía en las noches frías y solitarias, nos tenemos el uno al otro durante la noche, de día ella vuelve de donde vino no antes sin decirme que volverá, sea paciente y espere por ella. 

Si yo pudiera hacer de mis sentimientos vacíos un mundo, no existiría el tiempo, no existiría la paz conmigo mismo o la más mínima pista de que alguien alguna vez me amó. En cambio existiría la soledad, la desesperación, el pánico... el miedo. 

El miedo me tiene estupefacto, me tiene encadenado, solo me dice que callé y obedezco. El me dice que se acerca el peligro, que es mejor desconfiar que morir por un simple lazo de confianza que es más frágil que el cristal. Ese no era el miedo, era el deseo. 

Perder dinero duele, perder el tiempo esta bien cuando es lo que más tienes, perder la cabeza, solo es una expresión para decir que estás perdiendo la cordura. Es muy cierto, la cordura la conocí, se quedó a mi lado por unos días, me prometió quedarse conmigo por un largo tiempo pero al igual que la luna, se fue y no regresó, en su lugar dejó palabras sin sentido que alguna vez lo tuvieron. 

Sentido le falta al mundo y a la gente que habita en el. Nunca me crucé con una persona que no escondiera a su verdadero yo detrás de una falsa personalidad, veía a esa clase de personas y me preguntaba cómo era que se veían tan reales sus mentiras. Yo quería ser igual, quería aprender a crear mentiras que hicieran creer a las personas que frente a ellos estaba la verdad y solo la verdad. 

El mundo fue realmente cruel conmigo, gracias a su crueldad, nada parece lastimar. Necesito salir de este trance, no me siento agobiado, me siento de mil maneras pero no lo describiría como que ha sido una verdadera mierda. Luche con todo lo que tenía e incluso con lo que no, ignore las heridas en mis manos, en mis pies, en todo mi cuerpo, pero... 

¿Qué  esperaba? Solo tu puedes ver tus propias heridas, las que sangran y lastiman o las que tratan de sanar sin dejar cicatrices, ese tipo de heridas son las que te hacen más fuerte, pero hay veces en las que tu te hieres a ti mismo.

Al final del día, si fallas en algo es porque dijiste "¡puedo hacerlo!" y cuando tuviste que tener fe ciega en ti mismo, empezaste a dudar. ¿Qué fue lo que te llevo a dudar de ti mismo?

Una vez alguien que me cruce me dijo, "tu que vas a saber del dolor, creciste teniendo el mundo a tus pies", fue gracioso, las palabras que salieron de la boca de esa persona me hicieron sonreír, porque lo que el cree y lo que en verdad es el dolor en mi vida, son cosas muy diferentes.

"Si ellos quieren, te pueden matar", eso siempre a estado en mi cabeza, sonando en bucle. Que la vida deje de tener sentido para mí, no significa que voy a dejar que cualquiera venga y termine conmigo, si tengo que dejar este mundo, lo haré por mí cuenta. 

Eso era lo que solía pensar, pero no debería de terminarme a mi mismo, me haría un poco feliz saber que mi sola existencia esta jodiendo a alguien allá afuera. 

No soy una buena persona, pero las personas hechas de arcilla que se podían moldear al gusto, me dijeron que era buena persona o que parecía una  persona sencilla y amable.

Tontos ilusos, solo soy una pintura muy bien hecha que se usa para tapar esa mancha negra en la pared. 

Mientras caminaba sin rumbo alguno por miles de sendero que se conectaban entre sí, llegue a un lugar, me dio asco ver la felicidad de otros, algo que no puedo poseer, de igual forma no quiero una felicidad que se ha logrado con engaños. 

Me crucé con una niña que corría con un globo de gatito en sus manos, iba corriendo mientras reía, fue la única del lugar que era feliz realmente, sin haber moldeado una persona que no era, desapareció de mi vista entre la multitud. 

Después de unos minutos sentí un escalofrío, giré la cabeza y vi a un hombre, se podía decir que tenía un alma más negra que el carbón, más oscura que la noche misma, sentí náuseas pero también preocupación. El hombre desapareció en un abrir y cerrar de ojos, se había esfumado. 

Dirigí mi mirada al cielo y pude ver cómo un globo de gatito se alejaba con la brisa del viento, fue como si me hubieran empujado hacia el lugar de donde había sido perdido, sabía lo que había pasado. 

Como si tratara de que esa niña no perdiera lo que yo tanto quería tener, corrí tan rápido como pude, empujando a las personas que poco a poco dejaban caer sus mentiras para dejar ver su verdad.