Young lovers.

CAPITULO 1.

Eran aproximadamente las 7:00 p.m en el cálido pueblo de Homel chapel. El clima era cálido, la gente Camínaba por las calles disfrutando del maravilloso día. El intenso color verde adornaban las calles del pequeño pueblo.

La gente entraba y salía de una pequeña tienda que parecía ser una panadería familiar. Dentro de esa tienda de encontraba Harry Styles un pequeño adolecente que trabajaba todos los sábados de 17:30 a 8:00 p.m.

Harry era una persona muy adorable a la vista, era muy agradable y tenía una muy buena educación. Lo que lo hacía aún más adorable era su cabellera rizada y sus ojos verdes intensos. Harry se encontraba agotado por el trabajo, hoy la panadería estaba llena. La gente entraba y salía, era algo normal de los sábados, es donde la gente sale con sus familias, toman aire y se alivia de la agotadora semana.

Ya empezaba a hacerse las 7:30 de la tarde, eso significaba que su turno estaría por finalizar en media hora, gracias a Dios, harry estaba estresado, agotado y adolorido y lo peor es que tenía que demasiada tarea de matemáticas para hacer y de tan solo pensarlo le daba pereza. Harry usualmente estaba acostumbrado a dejar lo más difícil para lo último pero no se dio cuenta que eso se le fue un poco de las manos. Tenía acomulado tarea de matemáticas de hace ¡¡dos semanas atrás!! Simplemente Harry odia las matemáticas con el alma.

Ya la panadería estaba más vacía, sólo quedaban restos de comida en las respectivas mesas. Harry solo tenía que limpiar las mesas y ordenar las sillas para luego poder por fin parchar a su casa.

Harry camino asta donde estaban las mesas con un trapo en la mano, dispuesto a limpiar, pero el lo atraviesa el cuerpo de una persona, haciendo que este se caiga al piso y su trapo caiga.

-Oops, lo lamento- cuando Harry miro hacia arriba un poco aturdido por la caída, se encontró con un adolescente de ojos azules. Este tenía puesto lo que parecía un gorro gris de lana en su cabeza, y tenía puesto una campera azul y unos pantalones deportivos negros.

El de ojos azules le extendió la mano a Harry que aún seguía en el suelo.

-Hola, am gracias- Harry acepto tomar la mano del de gorro gris levantándose buscando su trapo y volviendo a su puesto detrás del mostrador para atender al recién llegado.

-lamento lo de recién, no te había visto- dijo el de ojos azules.

-tranquilo no pasa nada- dijo el rizado fijándose la hora eran las 7:40 - bien que vas a llevar-.

-ah si, em dos pasteles de frambuesa con crema.

Harry prosiguió a agarrar dos pastes y meterlos dentro de una bolsa de papel cartón y ceyarlo con una tira pequeña de cinta.

-bien aquí tienes-dijo el rizado entregandole la bolsa con los pasteles.

-muchas gracias, cuanto sería?

-dos.con cincuenta está bien-

-O de acuerdo- Acto seguido el de ojos azules saco dos billetes y una moneda y se los entrego al que recién acababa de atropellar.

-graciass, que disfrutes- dijo Harry guardando los billetes en la caja registradora.

El de ojos azules ya de habia ido, el rizado miro la hora y eran las 7:52 ya su turno estába por acabar.

Harry doblo su delantal blanco y lo dejo sobre el mostrador. Mientras Harry barría el piso, llego Bárbara.

Barbara era una señora mayor de 55 años de edad, que trabaja ahí haciendo pasteles y esas cosas. Para Harry Bárbara era como su segunda mamá, le decía que tenía que comer, que se abrigue porque afuera hacia frío y esas cosas que hacen y dicen las mamás.