one shot

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El campo de laboratorio de Albedo es frío y cálido. Las antorchas crepitan y explotan suavemente, haciendo que las paredes de la cueva brillen en tonos anaranjados, pero no hay solapa de tienda ni nada por el estilo para defenderse de las ráfagas de viento helado. Las puntas de los dedos se sienten casi adormecidas y respira sobre ellos para tratar de calentarlos.

-Aquí, déjame , dice el alquimista, notando que estás respirando aire caliente con tus manos desnudas. Toma tus dedos en sus cálidas palmas y frota suavemente, utilizando la fricción para devolver la vida a tus dedos congelados.

-Gracias, susurras en voz baja mientras reprimes un escalofrío.

Sin decir palabra, Albedo saca los brazos de su abrigo y lo coloca sobre tus hombros. Lo cierras como si fuera una capa. "¿No tendrás frío?" Usted pregunta. Desesperadamente no quieres devolver la chaqueta.

Albedo no ofrece nada más que un leve encogimiento de hombros. "No tengo frío". Y no da más detalles.

Afuera hay un vacío negro. Lejos de las luces de la ciudad de Mondstadt, la única fuente de luz que tenía eran las antorchas parpadeantes alrededor del campamento de la cueva. Huele agradablemente a leña y carbón, y llevas el cuello del abrigo de Albedo alrededor de tus mejillas enrojecidas por la escarcha. La tela huele a él y te encuentras cerrando los ojos para imaginarte abrazándote.

-No debes quedarte dormido sentado. La voz de Albedo hace que tus ojos se abran de golpe. Sus ojos cerúleos están enfocados directamente en ti, el rostro enterrado en el cuello de su chaqueta y todo.

Lo encorva sobre sus hombros para enfatizar demasiado su frialdad, escondiéndose dentro de la tela.
-¿Qué, es malo para ti?

-No es ni saludable ni malsano, suministra Albedo. "Pero puede ser incómodo cuando te despiertas y es probable que te caigas mientras duermes".

Haces un ruido bajo distraídamente.
-No habría podido dormir de todos modos.
Muy frío. Lanzas un atisbo de mirada hacia el alquimista, pero su atención ya está centrada en su trabajo.

El sol se puso hace horas. De hecho, probablemente estaba más cerca del amanecer.
-Albedo, tómate un descanso
le llamas suavemente.
-¿Al menos ven a calentarme un poco?

Escuchas el leve tintineo de un vaso de vidrio que se coloca sobre la mesa de madera mientras Albedo parece contemplar tu pedido. Cuando Albedo se gira para mirarte, mantienes abierta la chaqueta como una invitación silenciosa.

Se pierde de vista por un momento, recuperando algo de un cajón detrás de la mesa de madera.
Escuchas los sonidos de los frascos de vidrio tintineando unos contra otros. Albedo se pone de pie, sosteniendo una botella de poción en forma de bulbo junto al corcho. Lo hace girar y ves el líquido viscoso chapotear en el interior. Es de color rojo intenso como la sangre, pero brilla como brillo.

-Esto te ayudará a calentarte
explica Albedo, pasándote la botella mientras se sienta en el tronco a tu lado. Miras la botella como si fuera la cosa más fascinante que jamás hayas visto, el corazón en tu garganta.

No pierde tiempo quitando el corcho del cuello de la botella y tragándolo de una vez. Baja espeso como la miel, dejando tu boca con un regusto extraño embriagador. Tragas saliva y te calienta la garganta a medida que baja.

Albedo da una risa suave y baja que gotea con engaño.

-¿Realmente acabas de beber una poción misteriosa sin dudarlo?

Él levanta tu barbilla hacia él, el pulgar descansando justo debajo de tus labios. "Qué adorable."

Su corazón late salvajemente en su pecho, haciendo que su cabeza palpite. Con algunas respiraciones constantes, logras que se calme. Estiras tu brazo sobre el hombro de Albedo para que su abrigo los abarque a los dos y lo usas para acercarse más a él. Tu muslo está pegado al de él y, sin prestar atención, golpeas tu rodilla contra la de él.

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⏰ Última actualización: Jul 29, 2021 ⏰

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EXPERIMENTO (albedo y tu) [TRADUCCIÓN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora