Crimson rain falling in Black Waters

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"Pero como se acabaron 50 tazones de caldo en un momento. "

"Tu crees que sea él"

"Es lo más probable"

Después de ese intercambio con su amado Dianxia pudo ver la preocupación en aquellos bellos ojos. No pudo evitar sentirse aún más indigno de esta increíble persona porque a pesar de ver cuán desagradable era ese tipo, le preocupaba por el simple hecho de estar solo.

Un sentimiento con el que podía identificarse fácilmente.

Así que suspirando por lo que iba a hacer, llamo la atención de Gege y lo miro juguetonamente con exasperación.

Habían llegado a un punto en el que podían comprender al otro solo con una mirada y un gesto, así que a Xie Lian no le tomo mucho tiempo para entender que era lo que su amado San Lang le estaba diciendo.

Se internó entre las sombras pasando desapercibido por todos aquellos inquilinos y salió en busca de ese pescado deprimente.

Mientras caminaba por el sendero disfruto de la brisa fresca del atardecer y del inicio de las estrellas que se vislumbraban en el horizonte. Siempre le habían transmitido calma y seguridad en su camino y le instaban a nunca rendirse con su alteza.

Salió de su ensoñación al sentir una familiar presencia y la siguió hasta debajo de un árbol en la cima de una montaña. Por un momento no lo reconoció, tan acostumbrado a sus disfraces .

Contadas eran las veces en que el otro se presentaba ante el en su verdadera forma. El día que se conocieron fue solo uno de ellos.

"Así que llegas y no te presentas pero te comes toda la comida del santuario, no te parece eso algo grosero." Amonestó como un padre a su hijo que llega a casa después del horario de queda, sabía que el tono siempre lo molestaba y esta vez no fue la excepción.

Black Water lo miro de reojo con una mirada indiferente, aparentando tranquilidad pero rezumbando desesperanza y hastío.

"Crimson Rain" reconoció " creí que ahora que habías regresado no ibas a separarte nunca más de tu preciado dios, en especial después de haber sido tan insistente en su cuidado.

Hua cheng solo río socarrón, no le sorprendía que el otro sacara a colación lo que le había encomendando antes de desaparecer en la batalla de hace un año. Seguro era la primera cosa que le debería Hua Cheng en lo que llevaban de conocerse y no era algo que el otro estuviera dispuesto a olvidar con facilidad.

Apostaba que nunca escucharía el final de eso.

"No me he separado de Dianxia" dijo Hua Cheng cruzando los brazos mientras se recargaba en uno de los árboles aledaños "su maravillosa benevolencia es lo que me ha traído hasta aquí, porque si fuera por mi, puedes ir a convertirte en sardina o desaparecer para siempre y ni siquiera me importaría."

He Xuan solo lo miraba de reojo, su cuerpo la perfecta representación de una estatua mirando hacia el vacío. Tenía una postura regia aún cuando su mirada se encontraba vacía.

"Me alegra confirmar que no queda nadie a quien le importe en absoluto en esta vida" susurro con indiferencia.

"Acaso esperabas sentimientos diferentes, has cumplido tu propósito, al menos en eso somos iguales."

"Si lo he cumplido, entonces explícame porque me siento tan desdichado" Si hubiera sido cualquier otro la pesadumbre y la derrota se hubieran palpado en su voz, sin embargo, las palabras perdidas desentonaban con la actitud calmada.

"Tus desdichas son problema tuyo, tu decidiste tus caminos y estas son las consecuencias, no esperes flores en camino de cardos." Amonestó Hua Cheng.

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