Prólogo

174 15 5
                                    

Harry nunca fue del tipo de persona que odiase levantarse temprano. Realmente. Esa fue una de las razones por las que decidió cursar una carrera universitaria a un horario que muchos detestaban. Durante cinco años, a veces ni siquiera el sol lo acompañaba al despertarse. Eran simplemente él, y su sombra.

Creció, estudió y aprendió. Progresivamente, halló un trabajo. La paga era demasiado mala. Sin embargo, ¿qué podría reclamar un chico de 21 años? Recién se adentraba al mercado laboral. No tenía voz ni voto en situaciones como esas. Es triste, claro. La realidad, en sí, es triste y cruda. Tomen nota.

Las vueltas de la vida lo llevaron a terminar en las puertas de "London Variety", una de las revistas más influyentes de todo Reino Unido. Cualquiera pensaría que, siendo un simple principiante, su currículum no tendría relevancia alguna. Que ser nuevo e iluso, en ciertos aspectos, le jugaría en contra.

Incorrecto. Harry obtuvo el trabajo. Nunca supo bien las razones por las que lo contrataron. Al día de hoy, está seguro de que, tal vez, alguien más sería capaz de ocupar su puesto y aplastar todo su esfuerzo y dedicación con un chasquido de dedos. Aunque luego, su parte egocéntrica y altanera le repite frente al espejo que él es el mejor en toda la compañía.

Harry Styles es un muchacho joven. Y con la juventud, viene la arrogancia. Uno piensa que la cima del mundo está a nuestros pies, y que nada en la vida es imposible. El hecho de trabajar en una de las revistas más amadas por el público en ningún momento ayudó a bajar sus humos. En su mente, sus artículos son los mejores redactados. Sus notas carecen de errores. Su potencial es envidiable.

En conclusión; Harry Styles se siente el rey del puto planeta.

Lo que nos lleva a otro tema; Louis. Ambos comparten una sola cosa: su orgullo, inquebrantable como los castillos de los cuentos para niños.

Louis tiene ojos azules y una sonrisa de infarto. El personal de la empresa lo adora. De verdad. Fue proclamado como el empleado del mes por tantos años que ni él mismo debe recordar.

Louis Tomlinson es el nombre de un demonio vestido de ángel. Competir en el ámbito laboral es su prioridad número uno. Un hombre metido en la política, el cual entrevista eminencias y personajes muy cuestionados.

Su personalidad, claramente, choca con la de Harry de una manera incluso dolorosa. Cuesta tenerlos en una misma habitación sin que empiecen a pavonearse frente al otro y sacar de sus bolsillos una espada.

Ante los ojos de cualquiera, Harry Styles y Louis Tomlinson son como el agua y el aceite. Pero, a su vez, parecen imanes; porque, sin importar el escenario, siempre vuelven para encontrarse.

Je te laisserai des mots (l.s)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora