uno, mudanza.

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Jaemin se encontraba en un cuarto oscuro sin posibilidad de escapar, sin posibilidad de respirar, cuando de pronto miró una luz, tal vez era un Ángel que venía a su rescate, o no, se trataba de ..¿Jeno? 

Aun recuerda aquella vez que se mudó, recuerda claramente el aroma a polvo que llenaba su habitación, era un poco cansado tener que estar moviendo todas las cajas llenas de cosas que no usaría más, aunque, de la misma forma era tan desesperante encontrar bajo su cama y muebles cosas que creía perdidas como por ejemplo esa corbata que el año pasado estuvo buscando como loco que no encontró por ninguna parte así que, tuvo que suplicar a su madre para que le comprara otra.

-¿Ya esta todo listo Jaemin? Recuerda que el camión llega en 30 minutos así que, date prisa.

-Sólo me falta barrer y listo. 

-Rápido que debes ayudar a bajar todas las cajas. 

-Ugh, no sería molesto que me dijeras por favor de vez en cuando- Dijo con una voz irritante, respondiendo de una manera grosera a la actitud de su madre. 

-¡por favor!, cuida ese comportamiento o te dejaré aquí. 

-Hazlo, ni siquiera yo quería mudarme.- podía oler la rabia de su madre la cual luchaba por no perder la poco paciencia que le quedaba.

-¿puedes dejar de comportarte como un niño de 5 años? te recuerdo que ya tienes 17 años. Por favor Jaemin, esto lo hago por ti, quiero que tengas un mejor futuro, más oportunidades y un buen trabajo.- la voz de su madre se calmó un poco, sabía que Jaemin era un adolescente que se sentía triste por dejar la casa de su infancia.- Mejor, hay que darnos prisa, ¿Bien mi amor?

-Ugh, esta bien, que sea lo que tu digas. 

la madre de Jaemin no quería darle mas vueltas al asunto, así que lo dejó a solas, permitiéndole terminar a tiempo.

 minutos mas tarde se encontraba en su auto junto a su madre, la cual se dirigía hacía su nuevo hogar, se colocó sus audífonos que aun conservaba como un tesoro, era un regalo de su padre, se lo regaló una navidad cuando tenía apenas tenía 15 años, y los cuidaba como su mundo, eran color rojo mezclados con negro, su color favorito. 

Miraba hacia la ventana, observando como a la distancia iba alejándose cada vez mas de su hogar, odiaba esta sensación tener que dejar su casa solo por el capricho de su madre de irse a vivir con su jefe quien ahora era su padrastro. y si, para él era un capricho, su madre sabía que toda esa basura de socializar no era lo suyo, tuvo que dejar atrás a sus pocos amigos y a la chica que le gustaba, aunque aun podía tener contacto por celular con ellos, no, no era lo mismo que tenerlos de frente. 

 pasó algunas horas, bueno en realidad soló una, pero para Jaemin lo sintió como una eternidad. Cuando miró por la ventana aquellas casas lujosas no imaginó que realmente iba a vivir en una de ellas, lucían bastante geniales, no se comparaba ni por lo mínimo a donde el solía vivir, debía ser una broma. 

Su madre se estacionó frente a una gran casa blanca que tenía un jardín hermoso y un aspecto a riqueza.

-Hemos llegado-Mencionó la madre.

-Oh ya vi..-trató de fingir desinterés.

Ambos entraron al jardín donde los esperaba en la entrada el señor Jon. Saludó de un beso a su madre y estrechando la mano de Jaemin, ya lo había visto miles de veces, no sabía porque seguía teniendo tanta formalidad con él, si de todas maneras ahora iban a compartir hogar. 

Le dirigieron a una habitación la cual sería la suya de ahora en adelante, o al menos hasta lo que su madre durara con ese sujeto.  Era demasiado grande y con una increíble vista hacía la calle donde podía observar el parque de la residencia y las demás casas, que como la suya, eran demasiado grandes pero, lo que llamó su atención era el chico que estaba por el otro lado de la calle, en su balcón, este mismo chico se encontraba acariciando a unos gatos, cuando sintió una mirada espiarlo y al alzar la vista se encontró con Jaemin quien inmediatamente se tiró a la cama esperando no haber sido visto.


Noche sin luna /NoMinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora